Esta receta es la famosa crema pastelera, tan utilizada en miles de recetas y postres de pastelería (cocas, cañas, crema quemada, piña quemada, buñuelos, etc.) Tiene muchas aplicaciones, incluso para cocerla encima de una tira de hojaldre o brioche, hacer tartaletas, bandas de fruta, puding, etc.
Si la podéis hacer con almidón mucho mejor, lo podéis comprar en cualquier farmacia, si no tenéis podéis utilizar maizena. Por cierto, si queréis hacer crema quemada, la tenéis que dejar más líquida (no lo tenéis que cocer tanto rato) y además, podéis utilizar menos almidón (40/50 g) para garantizar que no cuaje tanto. Os dejo la receta de un litro de crema, aunque las fotos son de la mitad (receta para medio litro de leche).
1 litro de leche
4 yemas de huevo (si son huevos de gallinas ecológicas mejor)
250 g de azúcar
80 g de almidón (o harina de maíz tipo Maizena)
colorante alimentario color huevo (amarillo)
vainilla líquida o en polvo
canela en polvo
Preparamos todos los ingredientes. Primero de todo pondremos 3/4 partes de la leche a hervir con todo el azúcar. Si hacéis un litro, 750 ml de leche a hervir con el azúcar.
En un bol aparte, pondremos las yemas de huevo...
... el azúcar...
... y la cuarta parte de leche que nos queda, es decir, 250 ml si estamos haciendo un litro de leche.
En este cuenco, pondremos una cucharadita de canela en polvo.
Como se ha hecho toda la vida, podéis añadir la canela en la leche que hierva y después retirarla. Si la conseguís líquida mejor, si no, en polvo. Pensad que posteriormente lo colaremos y sacaremos buena parte del grano de canela.
Ahora añadiremos la vainilla. A veces he utilizado la típica vainilla azucarada en grano que venden en los supermercados, pero está líquida de la casa Vahiné a mí me gusta más.
Con un tapón para medio litro de leche será suficiente.
Para dentro.
Colorante alimentario color amarillo. Pero podéis utilizar cualquier colorante alimentario del mercado. Removed para ver cómo queda. Añadid colorante hasta obtener el color que más os guste, pero más vale no pasarse de amarillo o parecerá crema artificial. El color que consiga en este cuenco será el color definitivo que tendrá la crema.
Como os comentaba, podéis utilizar almidón o harina de maíz Maizena. El almidón lo podéis comprar en vuestra farmacia habitual y si no lo tienen os lo podrán pedir. Es como la glucosa, que también la podéis comprar en la farmacia.
Lo añadimos y lo removeremos bien hasta diluirlo.
Removedlo bien. Cuando está en reposo, el almidón se pega a la base del cuenco, por lo tanto, antes de incorporar el contenido a la leche que hierve, lo tendremos que volver a remover. Lo tenéis que tener presente, eso.
La leche ya hierve.
Removemos el contenido del bol y, con la ayuda de un colador, incorporamos la mezcla dentro de la leche hirviendo.
Ahora, con el fuego bien bajito y con la ayuda de una cuchara de madera o de un batidor pequeño, iremos rascando todas las esquinas de la olla para evitar que se pegue o se nos queme. Poco a poco irá cuajando. Con cantidades pequeñas la cocción es prácticamente instantánea. Solo necesitaréis 3 o 4 minutos.
Cuando la cuchara de madera se aguante sola en medio de la crema, significará que ya está cocida. Si lo hacéis con un batidor, como el mango pesa más que el de una cuchara, no lo podréis comprobar, pero si domináis esta elaboración tampoco será necesario hacer la prueba de la cuchara, más adecuado para cantidades grandes. En cualquier caso, cuando notáis una textura cremosa ya podéis parar el fuego. No hay que hacerla más.
La pondremos dentro de un recipiente de vidrio.
Y la taparemos con papel de filme que toque directamente la crema. La idea es evitar que nos haga piel. Cuando esté completamente fría, ya la podréis reservar en la nevera (no más de dos días) para utilizarla con vuestras elaboraciones.
Recordad que hay que remover la crema con un batidor antes de utilizarla.
Por ejemplo, podéis hacer un Pastel de la Diada con hojaldre y crema quemada...
... que una vez pintado con gelatina y bien decorado...
... quedan unos postres excelentes y bien buenos. ¡Buen Provecho!