Si os gusta el roquefort no os podéis perder esta receta. Las posibilidades que ofrece son infinitas, es muy fácil de hacer y la podéis congelar. Obviamente, os tiene que gustar el roquefort... que es uno de aquellos productos que, una de dos, o te gusta mucho o no lo puedes ni oler. Recordad que el roquefort tiene, como pasa con el jamón de bellota o las trufas de bosque, un sabor "umami" y, claro está, eso los condiciona. Os tengo que decir que no es una crema para comer sola, si no más bien para completar otras preparaciones. Las fotos corresponden al doble de las cantidades propuestas en la receta. ¡Disfrutad de esta crema!
330 ml de leche
2 huevos
33 g harina
150 g de queso roquefort
una rama de canela
nuez moscada
2 g de sal
Variantes:
Podéis sustituir el roquefort por cualquier queso azul
Preparamos todos los ingredientes.
En un cazo, y todo en frío, verteremos la leche, los huevos...
la harina...
la canela...
la nuez moscada...
y el queso.
Ahora una vez todo bien removido a calentar.
Saladlo ligeramente. Cuidado que el queso es bastante salado. Removed sin cesar ya que es muy fácil que se enganche de la base.
No necesitaréis más de 10 minutos. Una vez cocida la crema...
lo verteremos dentro de un tupperware y la dejaremos enfriar.
Ya tenemos nuestra crema acabada.
Para evitar que la parte superior coja piel la cubriremos con papel film.
Una vez fría la guardaremos en la nevera. A la hora de utilizarla, y como pasa con todas las cremas, la tendremos que trabajar un poco con un batidor o una cuchara.
Y ya podremos llenar, por ejemplo, una manga pastelera...
y hacer ataditos...
... hojaldres... o cañas de roquefort.
¡Buen provecho!