Croquetas de pescado. En esta ocasión de rodaballo. Para hacer el vermú. Para una cena informal, etc. Aparte de estar muy buenas, esta receta nos servirá para matar dos pájaros de un tiro, que dicen: para reutilizar o aprovechar un pescado sobrante y no tirarlo y para que los niños coman pescado, ya que las croquetas acostumbran a gustarles siempre.
La receta es prácticamente la misma que podríamos utilizar para hacer las croquetas de pollo o de jamón. Ahora que pienso, el tema de las croquetas, también, déjalo correr. Este es uno de aquellos productos (como el alioli) que cuesta mucho encontrar donde te lo hagan un poco bien, y mira que son fáciles de hacer, ¿eh? Pero no hay manera. Yo creo que la croqueta, como tal, es un plato que no disfruta de demasiada buena reputación. Y todo por culpa de la producción industrial. Supongo que por este motivo no está en todas las cartas de restaurante. Alguien podría pensar que la croqueta está hecha de todo aquello que ha sobrado, que en cierta manera es cierto. Pero quizás pensamos más en lo que ha sobrado de los platos que han comido los otros (seguro que en más de un sitio lo hacen). Por otra parte, también es cierto que en los buenos restaurantes acostumbra a haber croquetas caseras y buenas (y caras también).
300 g de pescado(en este caso he utilizado rodaballo)
1/2 de litro de leche
2/3 de cucharadas grandes de harina
1 Cebolla mediana
Una pizca de nuez moscada
1 Patata
Sal
1 Huevo batido
Aceite de girasol para freír
Variantes:
Hay quien, aparte del pescado, añade unos camarones pelados (unos 125 g)
Dependiendo de la textura del pescado, le podéis añadir una patata hervida para dar consistencia a la masa
Si las queréis hacer al estilo africano, poned bastante pimentón picante
También podéis añadir un poco de caldo de pescado para ligar la masa
Se pueden añadir dos ajos
En una cazuela con agua, sal y una hoja de laurel, herviremos el rodaballo, que ya está limpio.
Dependiendo del pescado que utilicéis... La textura os quedará más o menos consistente.
Podéis aprovechar para hervir una patata y, si hace falta, la mezclaremos con el pescado.
En 10 minutos, ya tendremos el pescado hervido.
La freiremos hasta que esté dorada y la reservaremos.
Ya tenemos la patata... Que dejaremos enfriar también.
Una vez fría, hemos desmenuzado todo el pescado y lo hemos dejado libre de espinas... Y hemos pelado la patata. Lo mezclaremos todo junto. En este caso, y por la cantidad de pescado, utilizaré media patata solo.
Ahora prepararemos una sartén con dos trozos grandes de mantequilla.
Añadimos la mezcla de pescado y patata.
Pasados dos minutos removiendo, por qué el pescado coja sabor a mantequilla, añadiremos dos cucharadas de harina y lo mezclaremos bien.
El objetivo es ir añadiendo y mezclando hasta conseguir la textura deseada.
Nos tiene que quedar una pasta consistente y bien ligada.
Añadiremos una pizca de nuez moscada... y sal.
No solo se tienen que mezclar los ingredientes. Tenéis que pensar que la harina tiene que ligar con la leche, y eso requiere de una cierta cocción.
Como veis, he hecho unas bolitas. A mí me gusta diferenciar las croquetas de pollo o carne que son alargadas, de las de pescado en forma de bola. Pero eso como queráis. Como si queréis darle forma de bicicleta, si sois capaces, claro está.
Mojaremos las bolitas en huevo...
... y seguidamente las rebozaremos con pan rallado.
En una sartén con bastante aceite de girasol, bien caliente, freiremos las croquetas.
¿Dan ganas de coger una, eh?
Mmmm...