¿Os gusta el salmón? La verdad es que es un pescado muy sabroso, con poca espina y, como pescado azul, muy saludable si hablamos en términos de colesterol. En esta ocasión, veremos como presentarlo en pequeñas porciones, aliñado con un poco de salsa tártara, que ya vimos como hacerla en este blog, un poco de cebolla crujiente y unas gulas al ajillo que podéis comprar ya hechas. El cebollino culminará una mezcla de sabores y texturas bien encontrada, ciertamente.
El resultado es bastante interesante, y lo podéis presentar como entrante, como primero o como segundo plato, así como tapa o pincho en una reunión más informal. Si tenéis todos los ingredientes a punto, la elaboración es muy rápida y agradecida. De cada trozo de lomo de salmón, he hecho tres porciones.
2 trozos de lomo de salmón
Cebolla crujiente
Salsa tártara
Cebollino fresco
Gulas al ajillo
Aceite de oliva
Sal en escamas
Variants:
Podéis hacer el mismo plato con otros pescados sabrosos (rape, lubina, etc.)
En esta ocasión, he utilizado cuatro trozos de lomo de salmón sin espina ni piel. También podéis comprarlo congelado en este mismo formato. De cada corte haremos tres trozos.
Las gulas al ajillo las he comprado ya preparadas. Nos servirán para decorar cada trocito de salmón.
La salsa tártara y la cebolla crujiente las he hecho previamente. Podéis comprarla también.
Poned a calentar una sartén o plancha. Cuando esté bien caliente, echad un chorro de aceite de oliva y colocad los trozos de salmón.
En paralelo, pondremos a calentar una sartén pequeña donde daremos temperatura a las gulas.
Es importante cocer bien el pescado. Tenéis que procurar hacer una capa crujiente por ambos lados pero dejar el corazón del pescado un poco crudo. El salmón, si está demasiado seco, cuesta pasar y el resultado de este plato cambia completamente. Pecad de cocer poco el pescado. Si os gusta el sushi, no tendréis problemas.
Colocad el pescado sobre un plato de presentación (si está caliente mejor).
Aprovechad para salar ligeramente el salmón.
Acto seguido, poned una cucharada de salsa tártara encima de cada trozo de salmón.
Ahora, un poco de cebolla crujiente sobre la salsa.
Y por último, unas gulas calentitas arriba del todo.
Rematadlo con un poco de cebollino y unas escamas de sal.
Un pequeño chorro de aceite de oliva por encima y a la mesa.
¡Coméoslo rápido que se enfría! ¡Buen provecho!