En la receta indica que utilicéis una dorada de 1,5 kg, pero podéis hacerlo con dos más pequeñas, como veréis en las fotos. Esta es una de las maneras menos intrusivas de cocción, menos incluso que la plancha. La carne queda tan melosa que no es necesario añadir ningún acompañamiento ni ninguna salsa. Con respecto a cuánta sal se tiene que utilizar, la regla general dice que son 2 kilos de sal gruesa por cada kilo de pescado. Una vez cocinado el pescado, es importante no dejarlo enfriar dentro de la corteza, ya que la carne absorbería demasiada sal y podría quedar seca. Lo más recomendable es servirla a mesa cuando salga del horno. Por último, no abráis el horno durante la cocción, puesto que es importante mantener una temperatura constante. ¡Vamos!
1 dorada de 1,5 kg
1 kg aprox. de sal gruesa
agua
Variantes:
- Se puede acompañar de una salsa ligera o de unas verduras
- Se puede aliñar con aceite virgen extra y acompañar de patatas al vapor o al horno
Pedid en la pescadería que os saquen las tripas, pero no las escamas.
Lavad bien el pescado.
Las escamas conforman una capa adicional en la piel que protegerá la carne de las altas temperaturas que sufrirá hasta el horno.
Ahora, preparad una bandeja de horno para poner la sal.
Poned una capa de sal de un centímetro de grosor en la parte inferior de la bandeja.
Extendedla bien.
Colocad encima el pescado.
Y cubridlo con una generosa capa de sal de nuevo.
¡Sin miedo! ¡Tenéis que hacer una auténtica montaña de sal! ¿Por cierto, parece nieve, verdad?
Perfecto. El pescado tiene que quedar totalmente cubierto. Hay quien deja la cabeza sin cubrir por qué el ojo es un buen indicador de la cocción interna. Pero no es necesario.
Ahora salpicad la sal con agua. El agua ayudará a solidificar la sal al horno y hacer corteza.
¡Sin miedo! ¡Unas cuantas salpicaduras buenas! Ya lo tenéis a punto para hornear.
Podéis aprovechar el horno para cocer unas patatas que acompañarán el pescado. Aceite, sal y pimienta.
Hacia dentro de todo. Se tiene que cocer a temperatura alta (200-220 grados) durante unos 20-25 minutos.
Pasado este tiempo, ya podéis retirar el pescado del horno. Comprobaréis que la corteza de sal es muy dura, os costará un poco romperla y todo.
Con cuidado, retirad toda la sal del pescado.
Veréis que las placas de sal salen solas.
Es agradable retirar los filetes de pescado de esta manera, ¿verdad que sí? ¡Es como desenterrar el premio!
Una vez extraído el filete superior de carne, retiráis la espina con cuidado y tendréis al alcance el filete inferior.
¡Y directo hacia la mesa, bien caliente!
Vigilad por si queda alguna espina o algún trozo de sal demasiado grueso, sobre todo si comen niños. ¡Buen provecho!