Reanudando mi interés por toda la cocina mediterránea, hoy haremos unos dulces árabes que se denominan "Baklava". ¿Quién no ha probado nunca un dulce árabe?... de aquellos de miel, bañados en azúcar... con nueces... y almendras... o pistachos.
Son pequeños, sí, pero "matones". Te comes uno... y no te comerías dos... por qué ya quedas bien lleno. Son un poco empalagosos, pero cuando te apetecen... los disfrutas como una mala cosa. Se hacen con pasta hilo o brik, que la podéis comprar en cualquier gran superficie, ya que es muy compleja hacerla en casa. ¡Vamos!
250 gr. pasta de hilo (o brik)
125 gr. mantequilla deshecha o ghee
300 gr. frutos secos (entre pistachos y almendra grano cruda)
unas láminas de pistacho para decorar
Para el almíbar aromatizado:
2 tazas de azúcar
1 taza de agua
2 cucharadas de zumo de limón
3 cucharadas de agua de azahar
3 cucharadas de miel
1 rama de canela
De entrada, he comprado unos pistachos pelados enteros y, aprovechando la BabyCook que tengo, les he picado hasta dejarlos en trocitos muy pequeños.
Empezamos haciendo el almíbar. Para eso disolvemos el azúcar...
... y el zumo de limón en el agua.
Dejamos que hierva durante 15 minutos junto con la rama de canela.
Lo tenemos todo a punto para empezar.
... tanto por arriba como por abajo...
... como se puede ver en la foto... y así vamos cogiendo láminas, una a una, y el resto no se secan.
Empezaremos pintando la bandeja escogida con una capa de mantequilla o mantequilla clarificada (ghee).
Colocaremos la primera capa de pasta hilo y la pintaremos con ghee.
Volveremos a hacer el mismo proceso con una segunda capa de pasta hilo...
... y así hasta 10 veces...
Pondremos una capa de pistachos y lo esparciremos bien.
Volvemos a poner una lámina de pasta hilo... y la volveremos a pintar con ghee.
Hacemos el mismo proceso 5 veces más... y entonces pondremos una capa de almendra en grano.
Volvemos a tapar, a pintar y 5 veces más. Con cuidado... poco a poco y buena letra.
Es muy importante pintar bien cada capa para obtener un buen resultado.
Finalmente, recortaremos toda la pasta sobrante.
La tiraremos, ya que no se puede aprovechar.
Será, pues, el momento de cortar la pasta a porciones cuadradas.
Adornaremos cada pastita con una pizca de pistacho molido.
Ya van quedando bonitos.
Controlad los tiempos. Recordad que el almíbar tiene que hervir durante 15 minutos. Lo tenemos que hacer de tal manera que cuando salga la pasta del horno... la podamos rociar con el almíbar caliente.
Prepararemos el horno a 180 grados, arriba y abajo. Pondremos la bandeja en una zona baja del horno y lo tendremos unos 15 minutos. Controlad que no se quemen por qué cada horno es diferente.
Los podéis decorar con pistachos enteros o trocitos de almendra también.
El almíbar ya lleva 15 minutos. Lo apartaremos del fuego. Añadiremos el agua de azahar y herviremos un par de minutos más.
se puede encontrar en cualquier gran superficie. No deja de ser agua con aroma de las flores del árbol naranjo.
La marca Vahiné, es la típica que hace otros productos de pastelería casera.
Ahora es el momento de incorporar la miel.
Lo removemos bien y ya lo tendremos a punto para bañar las pastas cuando salgan del horno.
Ya las tenemos cocidas.
Qué bonitas, ¿eh?
Es mejor taparlas con un papel de aluminio... y dejarlas reposar durante 20 minutos.
A continuación, la tiraremos por encima el almíbar...
... y quedarán bien bañadas.... bien pringadas, vaya.
Una vez se hayan enfriado a temperatura ambiente, ya las podéis emplatar. De todos modos, se aconseja comerlo al día siguiente. Notaréis la diferencia.
Por fin, he conseguido hacer este postre tan típico marroquí... que siempre me había preguntado cómo lo hacían.
Así sí, os diré que empalaga tanto como ya habíamos advertido al principio.
Es cuestión de comer uno... e invitar a todos los amigos y familia... jeje.
¡Buen provecho!
Por cierto, también podéis aprovechar para hacer unos Briouates, otro dulce árabe.