Dulce típico árabe. Personalmente, me gusta más que el "Baklava". Ya sabéis que los dulces árabes están bañados con un almíbar hecho con miel. Cuando vais a comprar miel os podéis encontrar con muchas variedades. Tened en cuenta que su color y sabor dependen de la edad de la miel y de la fuente del néctar. Las mieles de color claro suelen ser de mejor calidad que las oscuras.
Encontraréis esta receta con varios rellenos, sobre todo salados. Los "Briouates" los podéis rellenar con una pizca de espinacas y piñones... con un poco de queso, jamón y dátil... con mazapán... lo que queráis, que siempre quedan deliciosos. Adelante, pues.
250 gr. pasta de hilo (o brik)
125 gr. mantequilla deshecha o ghee
300 gr. mezcla de frutos secos picados (dátiles, pistachos, nueces, almendras, avellanas, piñones, pasas, etc.)
Para el almíbar aromatizado:
2 tazas de azúcar
1 taza de agua
2 cucharadas de zumo de limón
3 cucharadas de agua de azahar
3 cucharadas de miel
1 rama de canela
Antes de nada, quitaremos los huesos de unos cuantos dátiles para poder mezclarlos con el resto de frutos secos. Los dátiles son un producto que no utilizamos demasiado y tienen muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo.
He comprado una mezcla de frutos secos crudos, que llevan de todo un poco.
Lo picaremos todo en una picadora (yo utilizo la misma BabyCook).
Añadimos los dátiles sin hueso.
Lo picamos hasta que quede grano. Pero no os paséis u os hará una pasta... y nos interesa encontrar el grano en la boca.
Lo reservamos en un bol|.
Ahora, prepararemos el almíbar. Pensad que lo tendremos que tener a punto para cuando saquemos la pasta del horno. Se tiene que tirar caliente por encima de la pasta brik ya cocida.
Cogeremos el limón y le sacaremos todo el zumo.
Mientras, iremos preparando todos los ingredientes y todas las herramientas necesarias. Pensad que la pasta hilo se seca muy rápidamente y por eso tenemos que trabajar rápido. Lo tenemos que tener todo a mano antes de empezar.
La pasta hilo o brik, yo lo he comprado en el supermercado. Se puede hacer en casa, pero no se acostumbra a hacer porque es un trabajo muy laborioso. Pensad que son láminas de masa de la medida de una hoja de papel.
Una vez abierta la pasta, pondremos un trapo húmedo debajo...
... y otro por encima. Así, podremos ir cogiendo láminas de pasta hilo... y el resto no se secarán.
El azúcar ya empieza a hervir.
Cogeremos una lámina de pasta hilo, la pintaremos con mantequilla deshecha (yo he utilizado mantequilla clarificada ghee) y la doblaremos hasta dos veces. Siempre pintando para enganchar bien cada capa. También podéis utilizar la mitad de una hoja de pasta hilo...y quedaran más pequeñines.
Mientras, el almíbar ya casi lo tenemos...
Será el momento de añadir el agua de azahar, un agua aromatizada con las flores del árboles naranjos.
Esta marca está en todos los supermercados.
Retiramos el almíbar del fuego y añadimos la miel...
Removemos bien... y lo reservaremos.
Ahora, pondremos un poco de relleno en una esquina, procurando hacer la forma de un triángulo.
Iremos doblando la pasta sobre sí misma... haciendo triángulos... hasta que nos quede así.
Lo pintaremos con mantequilla y le echaremos una pizca de pistacho en grano.
Seguiremos haciendo al mismo proceso para cada una de las pastas.
Creo que queda claro cómo se tiene que hacer, ¿verdad?
Ya tenemos dos...
Poco a poco y buena letra... es un proceso muy laborioso.
De momento coceremos cuatro, a 180º durante 25 minutos.
Ya los tenemos cocidos.
Sólo nos queda bañarlos con el almíbar que teníamos preparado.
Han quedado super-crujientes... como tenía que ser, vaya.
¿Tienen buen pinta verdad?
Ya los podremos servir.
En cualquier caso, están mucho mejor al día siguiente de hacerlos.
¡Qué ganas de darle un mordisco!
El relleno está genial, aunque la próxima vez los haré con algo salado... no sé... ¿una crema de roquefort con jamón ibérico?... ¡fuassss!
También los podéis hacer salados y rellenos de quesos variados. Por cierto, si os gustan estos dulces, os recomiendo visitar la receta de los "Baklava".
¡Buen Provecho!