¡Cómo me gusta publicar estos tipos de recetas! Me hacen sentir bien, mira. Qué tontería, ¿eh? Y es que recetas como la de hoy, pueden llegar a ser extraordinariamente sencillas de hacer y escandalosamente básicas si queréis, pero al mismo tiempo, disfrutan del aval del tiempo y pienso que merecen su lugar en cualquier recetario mínimamente riguroso. Estos tipos de recetas representan, en el fondo, el homenaje a nuestra cocina, a nuestra cultura y a nuestros antepasados. La complejidad de elaborarlas, normalmente baja, queda en un segundo término.
Esta ensalada también es muy interesante desde el punto de vista nutritivo, a causa de las maravillosas propiedades que tiene el vinagre que favorecen, al mismo tiempo, la digestión de otros platos más contundentes.
Col confitada
Cebolla dulce
Aceitunas negras
Vinagre de vino
Aceite de oliva
Sal
Variantes:
Podéis utilizar otros tipos de aceituna y de cebolla
Se puede preparar con otras variedades de vinagre
Tenemos que tener nuestra col confitada previamente preparada.
Una vez lista, sacáis del tarro la col que os haga falta.
Lavadla bajo el grifo y...
Y ponedla en remojo un par de horas.
A continuación, ya podremos montar el plato.
Primero colocad la col en un plato, que habremos picado un poco con un cuchillo. Saladla.
Aliñadla con aceite de oliva.
Cortad la cebolla dulce en juliana.
Ahora, decorad el plato con la cebolla.
Añadid las aceitunas.
Y finalmente, tirad por encima de un nuevo chorro de aceite.
Y listos.
Ya la podéis servir en la mesa. Ciertamente, resulta una ensalada mucho mejor de lo que os podéis imaginar.
¡Buen provecho!