¿Cómo lo lleváis? Cocinando más que nunca seguramente, ¿verdad? Es lo que toca ahora. También en la cocina hay que establecer rutinas: tanto para contener el consumo inecesario de calorias, como para asegurar un rato diario al cuidado y elaboración de nuestros platos.
Calma con la comida también. Hoy pues, os traigo una receta muy fácil de hacer, donde también os pueden ayudar vuestros hijos, y así matáis dos pájaros de un tiro. Pocos ingredientes, económicos y (en principio) disponibles en todos los supermercados. ¡Venga, vamos!
1 bote grande de judías cocidas (500-600g)
1 trozo de pimiento rojo en dados pequeños
1/2 cebolla dulce en dados pequeños
1 trozo de pimiento verde en dados pequeños
3 o 4 rábanos en dados pequeños
2 huevos duros
aceite de oliva
vinagre de Módena
sal
Variantes:
Podéis añadir garbanzos y otras verduras en crudo
Preparad toda la verdura, lavadla bien limpia.
Poned los huevos a cocer con abundante agua y sal durante 10 minutos.
Mientras tanto, picad la cebolla dulce. No toda. La cantidad de verduras es variable, por lo tanto, poned la cantidad que os vaya mejor.
Bien picadita.
Ponedla en un bol.
Haced lo mismo con el pimiento rojo. Yo he utilizado una cuarta parte de un pimiento grande.
Haced lo mismo con el pimiento verde y lo incorporáis al bol.
Haced lo mismo con el rábano. El rábano tiene un sabor un poco insípido, pero su textura es muy interesante.
Lo mezcláis.
Una vez cocidos los huevos, los peláis bien, los laváis y los dejáis enfriar.
Una vez escurridas las judías, añadidlas al bol.
Echad sal.
Un chorro de vinagre de Módena (u otro vinagre) al gusto.
Y un buen chorro de aceite de oliva.
Removedlo bien. Esta ensalada se puede servir directamente, a temperatura ambiente. Pero también la podéis poner en la nevera y consumirla fría.
Y ya la podéis emplatar.
Poned medio huevo duro, encima un nuevo chorro de aceite y hacia la mesa. ¡Buen provecho!