Esta ensalada incluye dos productos autóctonos bastante peculiares: el tomate de Montserrat y el Queso Garrotxa (distintivo Productos de la tierra), de los que os hablamos seguidamente. El tomate de Montserrat es una hortaliza delicada y de baja productividad, de gran calibre, con poca pulpa y de color externo rosa, que presenta, forma de calabaza, con ondulaciones redondeadas y suaves. Tiene un sabor ligeramente dulzón y refrescante. Como tiene poca pulpa es ideal para comer crudo, en ensaladas y otros platos fríos.
El queso de Garrotxa fue recuperado el año 1982 a partir de un trabajo de investigación del antiguo queso de cabra de la Garrotxa. Es un queso artesanal madurado, generalmente de pasta blanda, que se elabora a partir de leche de cabra o vaca, cruda o pasterizada. Y ahora, ¿disfrutamos de todo haciendo esta receta?
2 tomates de Montserrat
1 lechuga
200 g de queso de Garrotxa
un puñado de piñones
un puñado de pasas
aceite de oliva virgen extra
pimienta negra
sal
Variantes:
Podéis utilizar otros tipos de tomate y queso
Preparad y limpiad la verdura.
Los piñones y las pasas se tienen que poner en remojo durante unos 20 minutos.
Sumergidlos en agua.
De esta manera, las pasas resultarán más dulces en boca y los piñones más melosos.
Seleccionad las hojas más bonitas de la lechuga.
Cortadlo en tiras.
Retirad la parte superior de los tomates.
Cortadlos en rebanadas.
Recuperad los piñones y las pasas.
Secadlos con un papel absorbente.
Cortad el queso en trozos no demasiado gruesos y retirad la piel.
Haced cortes más o menos regulares.
Ahora, ya podéis emplatar. Poned un puñado de lechuga en el plato.
Aliñadlo con aceite y sal y si queréis un poco de vinagre.
Encima, colocad las rebanadas de tomate.
Salad y pimentad el tomate.
Y echad más aceite por encima.
Ahora, poned encima del tomate el queso.
Derramad los piñones y las pasas por encima de la ensalada y tirad un último chorro de aceite de oliva.
La podéis servir inmediatamente o reservar en la nevera un rato. ¡Buen provecho!