¡Excelente ensalada! ¡Excelente tomate azul! Quizá has oído hablar del tomate azul. Pero cuidado, que hay una cierta confusión. ¿Por qué es azul? El color proviene de una acumulación de antioxidantes y compuestos que se encuentran de forma natural en otras partes de la planta. A más luz solar, más oscurecen, pasando de un azul claro, a uno más oscuro, y al final casi negro, azul muy oscuro. Por lo tanto, las antocianinas son las responsables de este color azulado. Los tomates azules se crearon originariamente, no por capricho de consumidor, sino como iniciativa de varios centros de investigación en varios lugares del mundo, pero siempre con finalidades terapéuticas. ¿Es transgénico o no?
Lo que está claro es que este fruto, derivado de la hibridación, posee unas propiedades antioxidantes que repercuten de manera muy beneficiosa en la salud. El tomate azul que hemos utilizado ha sido analizado por rigurosos estudios para conocer las propiedades funcionales y de salud de sus valores nutricionales.
Pero más allá del debate sobre su origen, quiero poner el foco en que se trata de un producto que ya puedes encontrar en tu mercado o supermercado y que te recomiendo probar. A mí, personalmente, me ha sorprendido positivamente su sabor, incluso, me ha recordado a la ciruela.
- 1 tomate azul fresco
- 1 trozo de pimiento amarillo
- 1 trozo de pimiento rojo
- 1 trozo de pimiento verde
- 1/2 cebolla
- 1 lata de sardinas en aceite
- Aceitunas partidas o rotas
- Vinagre de Módena
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Variantes:
Puedes añadir otras verduras (pepino, rábano, etc.)
Prepara toda la verdura, bien lavada.
Como puedes ver, este tomate tiene más color de ciruela que azul. Eso es por la alta exposición solar a la que ha estado sometido.
Pica un trozo de cada pimiento en juliana, y también la cebolla.
Ahora, pica el tomate a trozos.
Mézclalo todo junto.
Y ahora toca aliñarlo. Echa un buen chorro de vinagre, en este caso de Módena.
Un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Y sal, al gusto.
Lo remueves bien y ya lo puedes emplatar.
Ahora toca añadir las sardinas. Puedes utilizar sardinas en aceite, en escabeche, o en salsa de tomate, las que más te gusten. Pueden ser grandes o pequeñas.
Acaba el plato con las sardinas y unas cuantas olivas, las que prefieras. Un nuevo chorro de aceite por encima y hacia la mesa.
¡Buen provecho!