No falla nunca. La cocina siempre sorprende y este es uno de los ejemplos más claros de cómo, con muy pocos ingredientes, se consigue un plato de lujo. Aparte de ser un plato fácil de hacer, de gran sabor y sano para nuestro cuerpo, te dejará una sensación muy positiva de haber cocinado de verdad. Esta receta es de aquellas que te aportan mucha satisfacción en la cocina y esto es muy importante para animarte y seguir cocinando. Cuando las cosas enganchan, te esfuerzas y lo haces mejor. ¡Vamos a ello!
- 350 g de pasta (espaguetis)
- 500 g de almeja grande viva (gallega)
- 2 guindillas picantes
- 2 o 3 dientes de ajo laminados
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
- Un chorrito de vino blanco
- Perejil verde picado
- Sal
Variantes:
- La guindilla es opcional, a pesar de que es muy recomendable.
- Se pueden añadir dados de panceta o jamón.
Es importante que las almejas sean de buena calidad y que estén vivas. Para conservarlas vivas en casa, ponlas a la nevera en un bol envueltas con un trapo húmedo. Una hora antes de hacerlas, ponlas en un bol con agua y sal abundante para acabar de purgarlas.
Lamina los ajos.
Pica el perejil.
Una vez purgadas las almejas, lávalas y resérvalas.
En una cazuela con aceite de oliva, pon a dorar el ajo con las guindillas.
En paralelo, ya puedes ir preparando la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante.
Cuando el ajo coja color...
Incorpora las almejas bien escurridas. ¡Cuidado! ¡Peligro de quemaduras por salpicaduras de aceite caliente!
Enseguida, añade a la cazuela un chorito de vino blanco. Aproximadamente, media copa.
Un poco de perejil fresco picado.
Y lo tapas. Deja que el alcohol se evapore y que se abran las almejas.
En 8-10 minutos de reloj, estarán a punto.
Yo te recomiendo retirar algunas conchas, ya que aportarían demasiado volumen al plato final.
Además, encontrar algunas almejas sin concha entre la pasta es fantástico!
Tienes que hacer coincidir (más o menos) los tiempos de cocción de las almejas y la pasta. En este punto, ya puedes añadir la pasta.
Añade a la cazuela un cucharón del caldo de cocer la pasta.
Un poco más de perejil picado y un punto de sal, pero poca.
Mézclalo bien y a la mesa!.
Sirve este plato bien caliente, y acómpañalo de una copa de vino blanco. ¡És media vida!
¡Buen provecho!