Pues hoy os traigo una receta tradicional y original, para muchos desconocida. Son espinas de boquerón. Se tienen que comer calientes y tienen que estar super crujientes. Va muy bien servirlas como aperitivo, y siempre triunfas. Si sois de aquellos que cuando coméis pescado frito le dais un mordisco a la cola porque está muy crujiente, esto vendría a ser lo mismo. ¡Mi consejo es que no os lo penséis dos veces y las probéis que os encantarán!
20 o 30 espinas de boquerón fresco
80 g de harina
aceite de oliva
leche
sal
Variantes:
- Se puede hacer con espinas de anchoa salada
Limpiad los boquerones y guardad las espinas. Dejad las espinas en remojo con leche durante media hora (así se ablandarán un poco). Una vez pasada la media hora las volvéis a lavar con agua. Ya lavadas, las saláis un poco y las enharináis.
¿Qué cosas, eh? ¡esta parte del pescado antes yo la tiraba y ahora me encanta!
Que queden bien enharinadas y sacudáis el sobrante.
Freíd las espinas en abundante aceite caliente.
Dejadlas enfriar un poco sobre un papel absorbente:
¡Servidlas enseguida, bien calentitas! ¡Buen provecho!