Os presento una receta que encontré por internet y me pareció muy interesante. He hecho algunos cambios para adaptarla a mi gusto y os tengo que decir que es bastante recomendable.
Es una salsa con personalidad, que puede resultar un poco fuerte, pero combina muy bien con el pavo. Ya sabéis que el pavo es una carne seca y con poco sabor y, por lo tanto, necesita ser cocinada teniendo con cuidado esta premisa. Al mismo tiempo, es una carne saludable con un buen rendimiento en la cocina. A mí me ha gustado el plato y repetiré.
800 g de pechuga de pavo a trozos
1 zanahoria
1 cebolla picada
1/2 vaso de vinagre de Módena
1 cucharada de miel
harina
2 ajos
aceite de oliva
pimienta negra
200 g de champiñones laminados
1 cebolla a trozos
agua
azúcar
sal
VARIANTES:
- Se puede hacer con cebollas mini de acompañamiento
- Podéis poner patatas fritas en dados como guarnición
Comprad pechuga de pavo y cortadla a trozos grandes.
Preparad la verdura y los champiñones.
Picad la cebolla roja.
Picad también la zanahoria a trozos pequeños.
Pimentadla también.
Y finalmente, enharinadla.
Poned un buen chorro de aceite de oliva a calentar y añadid los dos ajos para perfumarlo.
Seguidamente, verted en la sartén los champiñones.
Dejad que se hagan bien, por todas partes.
Y reservadlos.
En el mismo aceite, marcad el pavo.
Y lo reserváis.
En el mismo aceite, y si hace falta añadid un poco más, sofreís la cebolla roja.
Justamente con la zanahoria.
Dejad que se haga hasta que tenga buen color.
Entonces, añadid la carne.
Removedlo un poco.
En este punto tenéis que añadir el vinagre.
Aproximadamente medio vaso.
¡Para dentro!
Y a continuación cubrid la carne con agua. Saladlo.
Finalmente, echad también la miel.
Una cucharada grande o dos de postre. También podéis echar un poco de azúcar, para contrarrestar el sabor agrio del vinagre.
Lo tapáis y lo dejáis hacer durante unos 25-30 minutos.
Removed de vez en cuando.
Cuando falten 5 minutos para acabar la cocción, añadid la cebolla cortada grande.
Y también los champiñones.
Y lo dejáis unos minutos más que se integren los sabores.
Dejad reposar el guiso un rato, si pueden ser unas horas mejor.
Y ya lo podéis servir bien caliente.
¡Buen provecho!