Hoy tenemos uno de aquellos platos de invierno que hacen hogar en mesa, de los de toda la vida, vaya. Muy fácil de hacer y con productos económicos. Como todos los guisados, conviene dejarlo reposar 24 horas, y es cuando estará perfecto. ¡Vamos!
1 kg de sepia a trozos (con el bazo)
1 kg de patatas despedazadas
1 cabeza de ajos
aceite de oliva
agua
sal
laurel
Variantes:
- Se puede añadir una picada de ajo, perejil y azafrán al final
- Se puede añadir una picada del bazo, un puñado de almendras y una punta de chocolate
Preparad todos los ingredientes.
Como os comento, pedid en la pescadería que os corten la sepia a dados y os guarden la "salsa marrón" o bazo.
Poned una ñora en agua.
Tirad un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela y sofreíd la cabeza de ajos, el laurel y...
la sepia troceada.
Tapad la cazuela y dejad que la sepia se vaya estofando, unos 15 minutos.
Mientras tanto, aprovechad para picar un poco de ajo y perejil.
También para pelar y chascar las patatas.
Con un cuchillo retirad la pulpa de la ñora.
Y lo añadís dentro de la cazuela.
Poned la salsa marrón en un recipiente.
Mezcladla con el ajo y perejil.
Justo en este momento, añadid esta mezcla.
Removedlo bien y dejadlo unos instantes, que el bazo forme parte del sofrito. La picada de ajo y perejil se puede tirar al final, pero a mí me gusta integrarla desde un principio.
Seguidamente, ya podéis verter las patatas.
Lo removéis bien y vertéis caldo de pescado (o agua si no tenéis).
Hay que cubrirlo, pero no mucho más. Saladlo un poco y dejadlo cocer tapado durante 20 minutos mínimo.
Pasados los 20 minutos probad la textura de la sepia y de la patata, por si hace falta un poco más de cocción o no. Rectificad de sal y ya podéis apagar. el fuego.
Como todos los guisos, conviene dejarlo descansar 24 horas y estará en su mejor punto. ¡Calentar y comer!
¡Hacia la mesa bien caliente!
¡Buen provecho!