¡Hola "Gourmeters"!
Hoy os traigo un plato que no olvidaréis fácilmente, por qué os encantará. ¡Un plato tradicional, hecho con productos de kilómetro cero, económico, sano y muy sabroso!
Como siempre digo, solo os hará falta una pizca de amor y pasión para ejecutar la receta, pues el resto no tiene ningún misterio.
¡Que disfrutéis estos fideos!
1 conejo cortado a trozos (con el hígado)
un puñado de judía verde
un puñado de guisantes
un puñado de habas
2 o 3 dientes de ajo
1 cebolla picada
unas hebras de azafrán
2 cucharadas de concentrado de tomate
1 litro y medio de caldo de pollo
fideos (del número 4)
una rama de romero
perejil fresco
1 vaso de vino tinto
aceite de oliva
pimienta negra
sal
Variantes:
- Podéis añadir setas de temporada
- Se puede hacer con pollo o codorniz
- Podéis utilizar guisantes congelados y/o habas ya cocidas
- Podéis hacerlos con vino blanco en lugar de tinto
Preparad todos los ingredientes.
Limpiad y cortad la judía verde a trozos. Pelad y limpiad también los guisantes y las habas si son legumbres frescas, ya que se tendrán que poner al inicio de la cocción de la carne. Si son congeladas las reserváis para añadirlas al guiso durante los últimos 10 minutos.
Poned un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela y dorad los ajos laminados.
A continuación, freíd el conejo (con el hígado) por ambos lados.
Añadid una rama de romero fresco para aromatizar la carne.
Aseguraos de dejar la carne dorada por fuera. No hay que hacerla por dentro, ya que después le daremos una cocción más lenta al conejo.
Reservad el conejo.
Y reservad aparte también el ajo.
En el mismo aceite (y ponéis más si hace falta), tenéis que dorar la cebolla picada.
Que tenga buen color.
Cuando la cebolla esté hecha, pasad el hígado del conejo con los ajos a un tarro para triturar.
Añadid toda la cebolla dorada.
Y un poco de perejil fresco.
Y lo trituráis todo junto. Si hace falta, podéis añadir un chorrito de agua o del mismo caldo para facilitar el proceso.
Ahora volved a la cazuela. Preparad dos cucharadas de pasta de tomate concentrado, que es muy intenso de sabor. Si no tenéis, podéis usar tomate natural o frito.
Saltead la judía verde con el tomate.
Y añadís también unas hebras de azafrán. Removedlo bien, que no se queme nada.
Seguidamente, incorporad a la cazuela el conejo y lo mezcláis.
Al mismo tiempo, vertéis la preparación que habéis triturado.
Lo removéis todo junto.
En este punto, ya podéis incorporar el vino. Si es negro, el plato os quedará más oscuro (como en la foto). Pero podéis utilizar vino blanco. Dejadlo cocer a fuego medio-bajo durante unos 5-8 minutos, hasta que se evapore el alcohol del vino.
Seguidamente, ya podéis cubrir la carne con agua o caldo de pollo o verdura.
Al mismo tiempo, podéis tirar los guisantes y las habas si son frescos. En mi caso, las habas ya estaban cocidas, por lo tanto las añadiré más adelante.
Saladlo un poco y dejad cocer el conejo a fuego bajo durante unos 35-40 minutos. Hasta que la carne quede bien tierna. Aseguraos que una vez cocida la carne, os quede caldo suficiente para cocer los fideos. De lo contrario, podéis añadir más caldo, pero bien caliente.
Una vez hecha la carne, ya podéis añadir los guisantes y/o habas en caso que no sean frescos (es decir ya cocido o congelado).
Y como no, los fideos. Unos 80g por persona. Yo he calculado para unas 4 personas.
Ahora necesitaréis unos 10 minutos aproximadamente por cocer la pasta.
Una vez cocidos los fideos y rectificado el guiso de sal, apagáis el fuego y cubrís la cazuela con papel de aluminio. La cocción pasiva y el reposo le darán al plato la untuosidad que le falta.
Y ya lo podéis servir.
Os tienen que quedar secos pero melosos, como os muestro en las imágenes.
¡Y a disfrutar de una receta que no falla nunca!
¡Buen provecho!