La focaccia ('fogassa' en italiano) es una especie de pan plano cubierto con hierbas y otros productos alimenticios. Se trata de un plato muy tradicional de la cocina italiana, muy relacionado con la popular pizza.
La masa de la focaccia es similar en estilo a la de la pizza, y consiste en harina con alto contenido de gluten, aceite, agua, sal y levadura de panadero. Personalmente, me encanta servirla a media tarde, para merendar. Combina muy bien con productos salados, pero también con el chocolate. Os arreglará una comida tipo picoteo, con diferentes embutidos en la mesa.
Para hacer la masa:
400 g de harina
200 g de agua
50 g de aceite de oliva
25 g de levadura fresca
1 cucharilla de sal
media cucharilla de azúcar
Para decorar:
100 g de aceite de oliva
sal en escamas
romero fresco
Variantes:
Podéis añadir orégano y otras especias
Se puede hacer más gruesa (blanda) o más fina (crujiente)
Se puede rellenar con varios productos (jamón, queso, tomate, chocolate, etc.)
Todas las masas tipo "pan", como la pizza, empanada, etc., se hacen con harina fuerza, que tiene más concentración de gluten. Se dice que tiene más capacidad panificable, ya que absorben mejor la humedad y suben más fácilmente. Con harina "normal" (floja) no os subirá tanto.
Pesad y verted la harina dentro del bol de amasar. Podéis hacer esta masa a mano, pero yo siempre os recomiendo hacer uso de una amasadora. Vale la pena tener una.
Para hacer esta receta tenéis que utilizar levadura fresca. La encontraréis en el supermercado o también en los hornos de toda la vida.
Desmenuzadla y mezcladla con la harina.
Añadid el azúcar.
Tirad también el agua, a temperatura ambiente (que no esté fría).
Añadid el aceite de oliva.
Finalmente, poned el gancho y empezad a mezclar.
Añadid la sal cuando empiece a mezclarse todo.
En función del tipo de harina y de la temperatura ambiente, quizás tenéis que añadir un chorro más de agua. Tenéis que conseguir una masa flexible pero un poco pegajosa.
Haced una bola y apretadla. Ponedla dentro del bol de amasar con un poco de harina.
Tapad el bol con un trapo bien húmedo y dejad subir la masa entre 30-45 minutos.
Pasado este tiempo habrá doblado su volumen.
Volvéis a amasar con las manos la masa y prensad de nuevo. Estirad la masa con un rodillo, colocadla en una bandeja de horno y dejadla subir de nuevo hasta que doble su volumen.
Mientras tanto, cortad a un poco de romero fresco a trozos.
Mezcladlo con un poco de aceite y dejadlo reposar. Este aceite se aromatizará.
Una vez la masa estirada esté fermentada, marcadla con los dedos, sin miedo, aunque se baje.
Seguidamente, verted el aceite con el romero por encima y repartidlo.
Finalmente, tirad por encima una buena cantidad de sal en escamas.
Hornead la focaccia a unos 190-200 grados hasta que esté cocida.
Dejadla enfriar, aunque también se puede consumir un poco caliente.
Si la cortáis notaréis que la parte interior está blanda, pero por fuera crujiente.
Y recordad que también podéis poner orégano.
Mezclado con el resto. ¡Buen provecho!