De nuevo, un buen plato que combina marisco con setas. Anteriormente, ya hemos visto como preparar la tradicional salsa marinera con un poco de caldo de pescado. Esta salsa la podéis aprovechar para muchos platos, como es el caso de hoy. También podéis utilizar otras setas carnosas que son ideales para este tipo de "platillos", como por ejemplo el rebozuelo, la seta calabaza o el higróforo. Si tenéis hecha la salsa marinera, no es un plato que pida demasiado rato en la cocina. Os garantizo que os apasionará.
un puñado de setas (níscalo, rebozuelo, seta calabaza, higróforo)
300gr. gamba roja pelada
salsa marinera
perejil fresco
2 dientes de ajo
1 cucharada de pimentón
1 cebolla cortada en juliana
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Podéis poner una "guindilla" picante
- Podéis acompañar el plato con rebanadas de pan frito o tostado
- Se pueden poner dados de sepia salteada en la plancha
Los primeros níscalos de esta temporada.
Con paciencia, los limpiaremos bien con un papel o trapo húmedo. Descartaremos aquellos que tengan "habitantes".
Preparamos el resto de ingredientes. La salsa marinera ya la tenía hecha y congelada de una receta anterior. Si queréis ver el paso a paso, os recomiendo la lectura de la receta "Salsa marinera".
A continuación, pelaremos las gambas rojas.
Reservamos las colas, pero las cabezas y las pieles también.
Poned a dorar un ajo cortado en láminas con un chorro de aceite de oliva.
Antes de que se tueste demasiado, añadid las setas calabaza.
Dejad que cojan un poco de color, removiendo.
Seguidamente, incorporaremos la cebolla cortada en juliana.
Lo removemos un poco y lo dejamos sofreír dos o tres minutos.
Mientras tanto, salad y pimentad las gambas.
Incorporadlas al sofrito.
Si os apetece, podéis dar un toque picante añadiendo una guindilla o dos.
Una cucharadita de pimentón dulce o picante dará un buen color al plato.
Cuando las gambas ya estén cocidas... incorporamos la salsa marinera bien calentita.
Mezcladlo todo junto y rectificad de sal.
Picad un poco de perejil fresco...
... y añadidlo.
Ahora, dejad que arranque el hervor... y que los sabores se mezclen bien.
A los 5 minutitos ya podréis apagar el fuego.
Lo emplatamos.
Este es uno de aquellos platos que se puede servir con vino blanco o vino tinto. Los dos le van muy bien.
¡Buen provecho!