Esta era una de aquellas recetas que siempre cocinaba mi madre, básicamente, para mi padre. Los hijos no cenábamos estas cosas... éramos más de «bocata». Pero yo siempre he sido gastronómicamente curioso. Recuerdo probar estos 'Garbanzos con caldo' en una de aquellas cenas de mi padre y me gustaron mucho. Es curioso como una receta hecha con unos ingredientes tan sencillos... puede llegar a tener un sabor tan peculiar y característico. Después de unos quince años, como mínimo, he vuelto a probar este plato. Para mí, este plato, ha sido como una regresión.
No es que sea ninguna barbaridad de plato o de receta, aunque está muy bueno, eso sí, pero es que he sentido aquella sensación de encontrarte en casa... de estar comiendo un plato recién hecho por tu madre. No sé si os ha pasado nunca, pero hacía mucho tiempo que no tenía este 'feeling' con un plato. Y me ha hecho mucha ilusión. Me ha emocionado, sería la palabra. Y es que la cocina, como la vida, tiene estas cosas. Se pueden comer solos o acompañados de pescado o carne. Yo he querido servirlos con un poquito de cordero... con alioli y todo.
800 g garbanzos hervidos
2 tomates maduros rayados (o cuatro cucharadas de tarro)
2 huevos duros
1 cebolla picada
1 vaso de vino blanco o vino rancio
caldo de hervir los garbanzos
Para la picada:
1 galleta o pan seco
1 diente de ajo
un puñado de almendras tostadas
perejil
aceite de oliva
sal
Variantes:
Se puede añadir bacalao previamente salteado en la sartén
Se pueden añadir pasas previamente remojadas
Se pueden añadir avellanas a la picada
Se pueden añadir ajos tiernos
Hoy utilizaré garbanzos ya cocidos, con caldo y todo. Así veremos la receta más rápida. Particularmente me gusta más poner los garbanzos en remojo el día antes y cocerlos yo mismo... pero no siempre tenemos tiempo... o cuándo te apetecen... resulta que no tienes los garbanzos en remojo.
Prepararemos una pizca de ajo tierno y cebolla, bien limpio.
Antes de nada, empezaremos por la picada. Un ajo cortadito, un puñado de almendras y avellanas, un poco de seco...
... un puñado de garbanzos cocidos para ligarlo...
... el perejil, un poco de sal...
... y vamos con la mano de mortero, hasta dejarlo bien picado.
Ahora cortaremos los ajos tiernos bien pequeños.
Pondremos un par de huevos a hervir.
Con unos 10-12 minutos tendremos bastante.
Una vez hervidos y fríos...
... los picaremos bien pequeños.
En una sartén con un poco de aceite, sofreiremos la cebolla y el ajo tierno.
Una vez esté doradita la verdura, incorporaremos el tomate rayado o de tarro.
Tiramos el vino y bajamos un poco el fuego.
Dejaremos que reduzca el alcohol unos 12-14 minutos. En este momento añadiríamos también un poco de caldo de hervir los garbanzos, pero yo hoy no tengo y he añadido medio vasito de agua.
Saladlo y probadlo que a veces nos olvidamos, ¿eh? Yo lo pruebo siempre todo.
Una vez reducido el vino con el caldo ya podemos incorporar los garbanzos.
Removedlo bien...
... e incorporamos la picada.
Repartidla bien por todo el guiso.
Y ahora dejáis que hierva 5 minutitos más.
Pasado este tiempo ya podemos parar el fuego.
Incorporad el huevo picado...
... y removedlo bien.
Ya está, ya lo podemos servir.
Exquisito...
... es que a mí me gustan mucho los garbanzos aunque provocan flatulencia, claro.
Los podéis servir como acompañamiento de un cordero a la brasa... en esta cazuela tan mona.
¿A qué tiene buena pinta?
Es una buena guarnición, mucho mejor que las patatas.
Y por último... lo podéis mezclar todo con un poco de alioli... ¡Buen provecho!