Hoy te traemos unos tradicionales Garbanzos de Cuaresma, también conocido como garbanzos de vigilia o potaje de vigilia. Este potaje tradicionalmente se ha servido los viernes de Cuaresma en España. A causa de la prohibición religiosa de comer carne en este periodo, este plato contiene como aportación proteica el bacalao en salazón y los garbanzos. Se considera uno de los platos más guisados de la gastronomía de Semana Santa.

Encontrarás algunas versiones diferentes: con picada o sin, con sofrito o sin, con piñones y pasas o sin, pero todos ellos comparten los garbanzos, el bacalao y las espinacas como ingredientes principales, así como la incorporación del huevo duro para decorar el plato, picado o entero. ¡Vamos a ello!

Ingredientes

500 g de garbanzos cocidos

400 g de hojas de espinacas

300 g de tiras de bacalao desaladas (deshilado)

4 huevos duros (1 por persona)

3 ajos laminados

2 hojas de laurel

1 cucharada de pimentón

aceite de oliva virgen extra

1 l de caldo de pescado

1 cucharada de harina

sal

Variantes:

- Puedes añadir gambas peladas como he hecho yo, y el plato gana mucho

- Puedes incorporar un sofrito hecho con pimiento, tomate y cebolla

- Puedes incorporar una picada hecha con ajo, pan frito y huevo duro

- Se pueden poner piñones y pasas

- Puedes cocer previamente los garbanzos remojados el día antes

Preparación
1.

Preparad todos los ingredientes, que después fastidia mucho tener que salir corriendo a comprar, a que si?.

2.

En una cazuela, poned un chorrito de aceite a calentar y doráis los ajos laminados.

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Mientras tanto, limpiad bien las hojas de espinacas, que no tengan arena.

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Saltead las gambas (si queréis poner) ya saladas.

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Un par de vueltas y añadís una cucharada de harina. También el laurel.

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Removedlo un poco.

7.

A continuación, añadid también el pimentón, y un par de vueltas.

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Seguidamente, echad un cucharón del caldo en la cazuela.

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Así evitaréis que se queme la harina y el pimentón.

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Enseguida, ya podréis incorporar las espinacas. Al principio parece mucha cantidad, pero su volumen es engañoso.

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Lo tapáis, y en 3 o 4 minutos veréis cómo las espinacas se quedan en nada.

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Ahora, ya podéis poner los garbanzos cocidos.

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Al mismo tiempo, el bacalao desmigajado y desalado.

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Y finalmente, lo cubrís todo con caldo.

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Saladlo un poco, lo tapáis y lo dejáis hacer a fuego lento unos 20 minutos.

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Pasado este tiempo, rectificáis de sal.

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En este punto, podéis incorporar una picada o un sofrito, y dejarlo hacer unos 10 minutos más. De lo contrario, ya podéis apagar el fuego y dejarlo reposar un rato.

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Si os gusta, acompañad el plato con huevo duro.

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Lo podéis picar y repartir dentro de la cazuela o, si no a todo el mundo le gusta, ponerlos enteros y repartirlos en la mesa.

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¡Gran plato de Cuaresma!

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¡Buen provecho!