Hoy veremos la receta tradicional más sencilla de todas. Como veréis, yo he utilizado garbanzos de Mura, más pequeños, pero normalmente es un plato que se hace con garbanzo de tamaño normal. No olvidéis que para cocinar estos platos necesitáis poner las legumbres en remojo el día antes.
Lo podéis hacer con garbanzos ya cocidos de tarro, pero entonces ya no dispondréis del caldo, lo que hace que el plato sea todavía más exquisito. De elaboración sencilla, os dejo con un plato muy sabrosos y nutritivo. A mí me encanta.
800 g de garbanzos hervidos
1 kg de espinacas frescas
1 cebolla picada
2 dientes de ajo picados
100 g de tocino cortado en dados pequeños
El caldo de la cocción de los garbanzos
Agua
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Variantes:
Las espinacas pueden hervirse antes de ponerse en la sartén
Se pueden cambiar las espinacas por acelgas
Se puede añadir un tomate al sofrito
Podéis añadir unos cuantos piñones
El día anterior poned los garbanzos en remojo con una cucharada de bicarbonato.
Al día siguiente, colad los garbanzos y poned agua nueva en la olla.
Hervid los garbanzos hasta que estén cocidos.
Los reserváis, así como el jugo de cocerlos.
Preparad el resto de ingredientes.
Cortad las raíces de las espinacas.
Ahora cortad la parte más dura del tocino.
Y cortadlo a trozos.
Picad la cebolla.
Picad el ajo.
Poned un buen chorro de aceite de oliva a calentar en una cazuela de barro.
Dorad el tocino.
Añadid el ajo.
Seguidamente poned la cebolla.
Dejad que la cebolla cambie de color.
Sin prisas, que se haga un buen sofrito.
Seguidamente, añadid las espinacas.
Al principio, como veis, parece que caben por su volumen. Pero eso enseguida cambiará.
Saladlos un poco.
Tapad la cazuela unos instantes.
Enseguida notaréis que las espinacas han reducido considerablemente su volumen.
Ya huele bien, ¿verdad?
Ahora, ya podéis añadir los garbanzos cocidos.
Removedlo todo junto un poco.
Añadid un poco de caldo de hervir los garbanzos, sin que acabe de cubrirlo todo, la cantidad justa.
Una vez puesto el caldo, dejadlo cocer unos 15 minutos.
Rectificáis de sal si hace falta y ya podéis apagar el fuego.
Dejad reposar el plato 10-15 minutos antes de servirlo.
¡Y a disfrutar!
¡Un buen plato de cuchara!
¡Buen Provecho!