Os recomiendo este guisadito tradicional con galeras. No tiene demasiada complicación y, si os gustan las galeras, lo disfrutaréis mucho ya que el sabor de este plato es bastante peculiar. Como veréis, que he utilizado menos galeras que las que nos propone la receta original, sobre todo si son grandes. Por lo tanto, con medio kilo de garbanzos cocidos y dos galeras por persona pienso que es más que suficiente. Por otra parte, podéis utilizar garbanzos ya cocidos y añadir un poco de agua o caldo concentrado en lugar del caldo de la cocción de los garbanzos.
¡Tsch! y vigilad al chupar las galeras, que ya sabéis que pinchan un poco. Fastidia cuándo se clavan por dentro de la boca, ¿verdad?... pero vale la pena correr el riesgo. La galera es un producto magnífico, y su precio todavía conserva una cierta decencia, cosa que hoy en día es de agradecer. Recordad que la buena temporada de galeras es en invierno.
600 g de garbanzos cocidos
16 galeras
2 dientes de ajo
2 tomates maduros
1 cebolla
1 rama de perejil
1 vasito de vino rancio
pimentón
azafrán
caldo de la cocción de los garbanzos
aceite
sal
Variantes:
Se pueden incorporar unos mejillones antes de las galeras
Preparad los ingredientes.
Como os comentaba al principio, yo he utilizado garbanzos ya cocidos.
La galera bien fresca, eso si. Y si está viva mejor todavía.
Poned un buen chorro de aceite de oliva a calentar en una cazuela.
Salad las galeras.
Ponedlas a freír.
Rayad los tomates maduros.
Dadle la vuelta para freírlas por ambos lados.
Pimentadlas un poco también (que se me había olvidado al poner la sal).
Una vez fritas reservadlas.
Picad la cebolla.
Y dejadla dorar en el mismo aceite.
Removedlo bien y dejadlo un par de minutos que se tueste un poco el ajo.
Ahora, ya podéis añadir el tomate.
Un poco de sal. Y lo dejáis reducir unos 10 minutos.
Y una cucharada de pimentón dulce. Si es de la "Vera" mejor.
Muy bien. Removedlo todo junto.
Ahora ponéis el vino.
Si no tenéis rancio, podéis poner vino blanco. Dejadlo reducir y que se evapore el alcohol, unos 10-15 minutos vigilando que no se queme. Os tiene que quedar un sofrito intenso y casi caramelizado.
Bien removidos con el sofrito.
Y finalmente el agua o el caldo, si es de pescado mejor. No os paséis, poned un par de vasos aproximadamente. La intención es hacer que el plato tenga un poco de caldito, pero no demasiado.
Ahora el azafrán, que podéis tostar previamente.
Un puñado así. Y ahora dejadlo hervir unos 10-15 minutos.
Pasado este tiempo, poned las galeras por encima, procurando sumergirlas un poco y que se acabe de hacer durante 10 minutos más. Vigilad que no falte líquido.
Lo podéis tapar.
Y aquí tenéis el plato acabado.
¿Tiene buena pinta no? Lo podéis dejar reposar 10-15 minutos más antes de servirlo. Pensad que la cazuela de barro lo mantendrá caliente bastante tiempo.
Y lo servís al plato.
¡Ummmm!
Es un plato contundente, de aquellos que te dejan bien pero bien.
¡Buen provecho!