Hace un tiempo, me pidieron una receta que no conocía y de la que nunca había oído hablar: las "grasoletes" de bacalao. Aparentemente pueden parecer buñuelos... y tienen mucha semejanza, la verdad. Pero la pasta es bastante diferente.
El resultado es una especie de pastelito salado de bacalao. No es tan esponjoso como los buñuelos... es más denso... y también empacha más, pero me ha gustado mucho esta receta de bacalao... del que siempre disfruto. Espero que a vosotros también os guste.
250 g de bacalao deshilachado desalado
125 g de harina
100 ml de agua o leche
perejil fresco
2 o 3 dientes de ajo
1/2 paquete de levadura en polvo tipo "Royal"
aceite para freír
Variantes:
Se puede añadir huevo batido
Se pueden acompañar de lechuga
Podéis escaldar el bacalao previamente
El día antes tendremos que tener la precaución de poner el bacalao a desalar.
Al día siguiente, lo volvemos a lavar...
... y lo tendremos a punto para utilizar.
Preparamos todos los ingredientes.
Por otra parte, mezclaremos una buen chorro de aceite con el ajo...
... perejil fresco..
... y una pizca de sal.
Le pasaremos la batidora eléctrica...
Podéis picar a mano ajo y perejil fresco, pero no os quedará nunca tan fino.
Ahora en un cuenco, vertemos la leche....
... la harina...
... y el impulsor químico.
Con medio sobre tendremos lo bastante.
Lo removemos un poco...
... e incorporamos un huevo...
... entero.
Echamos también unas cuatro o cinco cucharadas grandes de la picada de ajo y perejil que hemos hecho. No la pongáis toda si no hace falta. El sobrante lo podéis reservar en la nevera para futuras elaboraciones.
Lo mezclamos todo junto...
... y finalmente añadimos el bacalao picadito.
Remover hasta obtener una pasta que se quede pegada en el dedo.
Ya tiene buena textura.
Calentad abundante aceite en una sartén para freír y cuando esté candente... verted una cucharada de pasta.
Dadle la vuelta...
... hasta que tenga este bonito aspecto.
Lo reservamos sobre un papel absorbente.
Vamos haciendo con paciencia.
Si tenéis niños pequeños... podéis hacer diferentes medidas.
Todavía calientes, serviremos las "grasoletes" a la mesa.
¡Buen provecho!