Este es un plato que está mucho mejor de lo que aparenta, que tampoco está mal, no. La combinación del sabor fuerte del cordero con el guisante (fresco), parece una tontería, pero está muy bien encontrado y resulta excelente en el paladar. Os recomiendo no dejar de hacer este guiso durante la época de guisantes frescos (a principios de invierno).
800gr. de guisantes frescos
400gr de cuello de cordero cortado en dados
2 o 3 tomates rayados
2 ajos
1 cebolla
1 puerro
1/2 rama de apio
caldo de pollo o agua
1/2 vaso vino blanco
aceite de oliva
2 ajos
pimienta negra
sal
Preparamos todos los ingredientes.
Los guisantes... qué buenos... se pueden comer en crudo y todo.
El resto de verduras.
Limpiamos el cordero un poco... lo salamos y lo pimentamos.
En una cazuela con un bueno chorro de aceite... doramos la carne.
Por las dos bandas, claro.
A continuación... añadimos la verdura picada...
... y dejamos que se haga un poco todo. Una especie de sofrito.
Una vez la verdura esté dorada... añadiremos el vino blanco... y lo dejaremos reducir 5-10 minutos.
A continuación añadiremos el tomate rayado. Lo dejaremos hacer también unos 10 minutitos a fuego bajo.
Seguidamente, incorporamos los guisantes.
Añadiremos suficiente agua o caldo de pollo para cubrirlo todo junto.
Lo salamos un poco y lo dejaremos cocer unos 35-40 minutos. Hasta que la carne esté blanda.
En los últimos 5 minutos añadiremos un poco de perejil picado y rectificaremos de sal si hace falta.
Después de reponer unos minutitos... ya podemos emplatar.
Ummmm... qué aroma que hace.
Un guiso de aquellos de cuchara.
¡Buen Provecho!