De nuevo, os presento un plato con un ingrediente bien singular: el guisante negro del Berguedà. El de hoy, es un producto que cuesta encontrar. Por lo tanto, siempre que tengáis la oportunidad de comprar os aconsejo que lo hagáis.
Veremos cómo combinar estos sabrosos y particulares guisantes con unos calamares de medida pequeña, muy regado con un alioli suave, que no pique demasiado. No está bien que lo diga yo, pero este plato es una auténtica delicia que recomiendo a todo el mundo probar. Espero que os guste.... ¡a mí me ha vuelto loco!
300 g de guisantes negros
200 g calamares de medida pequeña
aceite de oliva
hojas de laurel
hueso de jamón
alioli suave
agua
sal
Variantes:
Podéis comprar calamares grandes y cortarlos en dados también.
Podéis servirlos sin alioli o con una sencilla mayonesa
Como hacemos con la mayoría de legumbres, los guisantes negros los habremos puesto la noche anterior en remojo.
Aparte de hincharse un poco, al día siguiente también notaréis que han cambiado de color.
Seguidamente, les tendremos que cocer a fuego bajo durante al menos una hora. Preparamos abundante agua y sal dentro de una olla.
Añadimos un hueso de jamón y...
unas hojas de laurel.
Pasada una hora probaremos los guisantes. Tienen que estar un poco crujientes por fuera pero bien blandos por dentro.
Perfecto, los reservamos.
Ahora vamos a por los calamares.
Arrancad la parte inferior del calamar. Ahora, presionad justo por debajo de los ojos y aprovechad sólo la parte inferior, la parte de los tentáculos, vaya.
Seguidamente, presionáis los tentáculos y haréis salir una bolita donde se encuentra la boca, que tampoco se come.
Respecto a la parte inferior, tenéis que sacar este tipo de plástico (o pluma) que tienen dentro y limpiar un poco las bolsas por dentro.
Pues ya tenemos los guisantes cocidos y los calamares limpios.
Ahora, calentaremos una sartén con unas gotas de aceite y saltearemos los calamares con un poco de sal.
Si os gusta con ajo...
doráis el ajo antes de colocar los calamares y el aceite os cogerá sabor.
Los reservamos.
Ahora, en la misma sartén, saltearemos los guisantes negros cocidos.
Saladlos ligeramente también.
Pasados unos cinco minutos dando vueltas, ya podremos emplatar.
Por cierto, antes de empezar el plato es interesante tener hecho y a punto el alioli, que es un alioli normal, pero hecho con sólo un diente de ajo pequeño.
Colocamos los guisantes en el centro del plato.
Encima, ponemos los calamares y...
lo rociamos todo con una buena cucharada de alioli.
Y para la mesa.
Acompañadlo del maridaje que más os guste. Le va bien un blanco, un negro o uno rosado.
¡Buen provecho!