Hoy os traigo un plato muy especial en nuestra casa. Es de aquellos platos que ha hecho mi suegra toda la vida y un buen día alguien se pregunta: ¿Cómo se hacían aquellas patatas que hacía la yaya? Después de un pequeño cuestionario familiar, aquí os traigo una receta que a buen seguro a muchos os resultará también familiar. No son difíciles de hacer, pero si un poco laboriosas.

Cabe decir que yo he procurado seguir la elaboración que me han hecho llegar, aunque personalmente yo las haría de forma diferente, sin cocer la carne picada antes de rellenar la patata. Aun así, es un plato que, con los ingredientes que lleva, sólo os puede quedar bueno. Total, si no tenéis demasiadas ganas de cocinar hoy... buscáis otra receta, mejor. ¡De lo contrario, vamos allá! Eso si, os hará falta un utensilio especial para vaciar las patatas. Ahora hablamos.

Ingredientes

8 patatas medianas (2 por persona)

800 g de carne picada (mitad ternera mitad cerdo)

3 tomates maduros

1 pimiento verde picado

1/2 pimiento rojo picado

1 cebolla grande picada

4 ajos

aceite de oliva

una pizca de azafrán

un vaso de vino blanco

una puñado de guisantes

perejil fresco

uno hoja de laurel

agua o caldo de ave

pimentón

pimienta negra

sal

Variantes:

Podéis rellenar las patatas con la carne cruda directamente y obtendréis una textura de relleno diferente

Se pueden añadir setas

Se puede añadir zanahoria a rodajas

Preparación
1.

Procurad que todas las patatas sean de una medida similar, dos por persona.

2.

Necesitaréis este aparato especial para vaciar las patatas. Así lo requería esta antigua receta, ya que sólo así conseguiréis los peculiares tirabuzones de patata que acompañan las patatas rellenas. Si no lo tenéis, pues las tendréis que vacíar a mano, con una cucharilla. Y es mucho trabajo, os lo puedo asegurar.

3.

Pelad las patatas y reservadlas en un bol con agua.

4.

Ahora, de una en una, clavad el utensilio y dais vueltas con fuerza hasta atravesar la patata.

5.

La parte que retiráis tendrá esta bonita forma, que también aprovecharéis para hacer el guiso.

6.

Una vez las tengáis todas, las reserváis.

7.

Ahora toca preparar la verdura.

8.

Lavad bien todo lo que necesitaréis. Si hace falta, ya sabéis, podéis sumergir la verdura en agua. Seguidamente, la volvéis a lavar con agua y listos.

9.

Mientras tanto, salpimentad la carne picada.

10.

Este paso yo (personalmente) no lo haría, aunque la receta se hace así. Se tiene que cocer un poco y enseguida reservar la carne. Con eso lo que se consigue es que después el relleno de la patata se deshaga rápidamente al cortar. Queda un relleno más desmenuzado, aunque no se deshace durante la cocción. Queda muy bueno, pero yo prefiero a que el relleno tenga una textura más parecida a la pelota de la "escudella", ¿se entiende verdad? que sea un relleno compacto, que necesite ser cortado con el cuchillo. Bien, son preferencias. Vosotros escogéis la opción que más os guste.

11.

Una vez habéis "medio cocido" la carne y la habéis reservado en un plato, en la misma cazuela (y si hace falta añadid más aceite), sofreís la verdura. Añadid un par de dientes de ajo sin pelar y la hoja de laurel también. Un punto de sal lo hará sudar.

12.

Cuando la verdura esté hecha, ya podréis incorporar el tomate.

13.

Yo he mezclado los tomates rayados con una cucharada de pimentón. Lo dejáis reducir entre 10-15 minutos hasta que no quede nada de líquido. Vigilad no se os queme. Removed de vez en cuando.

14.

Una vez el sofrito esté hecho, retirad los dientes de ajo y el laurel. Aquí tenemos otra posibilidad: yo he preferido triturar el sofrito para dar al caldo una textura más densa y, al mismo tiempo, garantizar que los "pequeños" de la casa no pongan inconvenientes con aquello de los "trocitos". Pero por otra parte, y tal como dice la receta original, era importante que el aspecto de la salsa mostrara los ingredientes que lleva, el tomate, el pimiento, la cebolla, etc. Total que he hecho un "mix" de los dos. He reservado un par de cucharadas de sofrito y he triturado el resto. El resultado ha funcionado muy bien.

15.

Pasad el sofrito a un recipiente para triturar.

16.

Dejadlo bien fino.

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Ahora si, mezcláis la carne con este sofrito. En frío.

18.

Mezcladlo bien y esperad un rato a que no queme, que se pueda trabajar sin quemaros.

19.

Ahora, con toda la paciencia del mundo, vais rellenando las patatas.

20.

Procurad hacer presión al introducir la carne, no queremos que se salga de la patata durante la cocción. Lo mejor en este caso es utilizar las manos, bien limpias, no hay que decirlo.

21.

Vais reservando las patatas rellenas dentro de la cazuela hasta acabarlas todas.

22.

Ahora, añadid el ajo, el laurel y la pizca de sofrito reservado.

23.

Una pizca de azafrán, que le dará sabor y color, imprescindible en esta receta.

24.

Y vertéis un vaso de vino blanco. Ahora tapad la cazuela y dejad reducir el vino durante 10 minutos mínimo.

25.

A continuación, cubrid las patatas con caldo, pero no del todo. Pensad que la carne está medio cocida y que las patatas necesitan unos 20 minutos. No queremos un guiso aguado, buscamos una textura melosa, sin ser seca, con juguito vaya. Yo os recomiendo cubrir las patatas dejando a la vista una tercera parte.

26.

Salad el conjunto.

27.

Y ahora si, a fuego medio, dejadlo cocer unos 20-25 minutos, hasta que la patata esté cocida y el caldo haya reducido.

28.

Cuando falten unos 5 minutos para acabar, añadid un puñado de guisantes, ingrediente imprescindible también.

29.

Y ya para acabar, al mismo tiempo, tirad un poco de perejil picado por encima. Rectificad de sal.

30.

Y eso ya lo tenemos. Como siempre, si dejáis descansar los guisos un tiempo (unas horas) mejor se repartirán los sabores y mejor estará. ¡Pero también se puede comer al momento, que bien bueno ha quedado!

31.

¡Qué hambre!

32.

Como os comentaba al principio, el relleno queda más desmenuzado así, que también está bueno. ¡Buen provecho!