Hacía mucho tiempo que quería hacer esta receta. Es una receta tradicional familiar que se hacía a menudo en nuestra casa y siempre la consideré de un sabor muy casero, de aquellos platos que recuerdas de tu infancia. Hay infinidad de maneras de rellenar unos pimientos. Como siempre, la calidad de los ingredientes será básica. Os aconsejo comprar pimientos y carne ecológicos, de confianza. La carne picada es uno de los productos que más cuidado merece a la hora de comprar. La carne se tiene que picar al momento y tiene que ser consumida con celeridad. Pensad que la carne que pasa por un picadillo de metal se oxida más rápidamente y es mucho más propensa a coger todo tipo de bacterias. Por lo tanto, a la carne picada envasada no le queda más remedio que contener conservantes y otros aditivos que eviten la proliferación de estas bacterias.
Para hacer este plato también es interesante que escojáis bien los pimientos verdes: que sean uniformes y rectos, para poder rellenarlos mejor. No hace falta que sean demasiado grandes, pero si bien formados. Con esta cantidad os saldrán unos 6-7 pimientos medianitos-grandes. Espero que os guste.
6-8 pimientos verdes de medida mediana
aceite de oliva
1 cebolla picada
4 tomates maduros
2 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
harina
agua
sal
Para el relleno:
500 g de carne picada (300g pare + 200 g guarro)
miga de pan
un chorro de leche
ajo y perejil al gusto
pimienta negra en polvo
2 huevos
sal
Para la picada:
2 ajos
un puñado de almendras
perejil fresco
1 rebanada de pan frito
Variantes:
- Podéis triturar la salsa para hacerla más fina y dar una mejor presentación, si queréis.
Preparamos los ingredientes.
La verdura, fresca y si es ecológica, mejor.
La carne picada, fresca también. Empezaremos por preparar la carne del relleno, igual que cuando hacemos una pelota para el caldo.
Picad un par de dientes de ajo con un poco de perejil.
Con las manos bien limpias, mezclamos miga de pan con un poco de leche, para hacer una pasta junto con el ajo y perejil picados. Para esta cantidad, con la miga de dos rebanadas de pan de payés, ya tendréis suficiente.
Incorporamos los huevos. Aquí sólo se ve uno, pero debajo está el otro.
Salamos y pimentamos y lo mezclamos todo...
Hasta que nos quede una pasta bien mezclada. La reservamos.
Preparamos los pimientos. Cortaremos la parte sobrante que no utilizaremos.
Y sacamos las semillas.
Un chorro de agua siempre ayuda.
Los tenemos todos a punto.
Presionad con cuidado para no romper los pimientos, pero haciendo la fuerza necesaria para introducir la carne hasta el final del pimiento.
Ya los tenemos todos rellenos. Si os sobra carne podéis improvisar unas albóndigas o una hamburguesa.
Muy bien.
Ahora vamos a preparar la picada.
... el ajo, el perejil y una rebanada de pan frito.
Bien picado.
En una cazuela grande con aceite de oliva, doramos los ajos que darán sabor al aceite.
A continuación añadimos la cebolla picada. En este momento, el ajo dejará de tostarse.
No siempre lo digo, pero todos los guisos, en general, se pueden desengrasar, si hace falta. A medida que vais cocinando, cualquier receta quiero decir, os daréis cuenta de que en ciertos momentos podéis encontraros con un exceso de aceite. Este exceso no desaparece nunca y lo mantendréis hasta el final de la cocción. Por lo tanto, para evitar hacer platos excesivamente aceitosos tenéis que extraer el exceso de aceite, en el momento que sea, sobre todo durante el sofrito y antes incorporar tomates, salsas o productos que se disuelvan con el aceite y hagan más difícil el desengrasado.
Cuando la cebolla ya esté dorada (y una vez retirado el exceso de aceite)...
... incorporamos el tomate rayado, lo mezclamos y lo dejamos cocer a fuego medio-bajo unos 5 minutos, para cocer el tomate, caramelizarlo un poco y hacer evaporar el agua.
Mientras, abriremos un vino blanco.
Ya sabéis que yo utilizo el Gran Chef de la casa Pinord, un vino macerado con hierbas especialmente diseñado para cocinar. No tengo ninguna comisión, ¿eh? Sólo es una recomendación.
Mientras, con un poco de harina, rebozaremos la parte visible del relleno de nuestros pimientos.
De esta manera, evitaremos que el relleno se escape.
Hacemos lo mismo con todos.
Cuando se haya evaporado el alcohol del vino, pasados unos 5-10 minutitos, incorporaremos los pimientos rellenos.
Disponedlos de forma que queden bien distribuidos para garantizar una cocción uniforme. Ahora añadiremos agua caliente hasta cubrirlos (no del todo).
Salamos...
... tapamos la olla y lo dejamos cocer a fuego medio durante unos 30 minutos.
De vez en cuando vigilad la cocción y rectificad de sal si hace falta. Que no falte agua y si tenéis que añadir, que sea hirviendo.
Sólo nos quedará la picada que hemos hecho previamente. La incorporaremos cuando falten 5 minutos para acabar la cocción del plato.
No remováis con ningún utensilio, simplemente sacudid la olla cogiéndola por las asas.
Ya podéis cerrar el fuego y dejarlos reposar un rato.
Como todos los guisos siempre están más bueno de un día para otro, pero este se puede consumir el mismo día sin problemas.
Y ya podemos emplatar.
Se pueden acompañar de la guarnición que más os guste, pero se tienen que servir bien calientes.
¿Los probamos?
Espero que hayáis comido antes de ver estas fotos...
¡Buen provecho!