Con anterioridad, hemos visto como elaborar la crema de roquefort. Hoy, os presentamos una alternativa más en el uso de esta peculiar crema. Unos mini hojaldres muy interesantes que podéis utilizar en un picoteo, un vermú, una fiesta de cumpleaños, una merienda o cualquier otro acontecimiento familiar o social.
Por lo tanto, las podéis incluir en un surtido de pasta salada variada. Se pueden hacer con antelación y siempre resultan muy sabrosas.
Crema de roquefort
2 placas de hojaldre tipo "La Sirena"
Queso para gratinar
1 huevo
Variantes:
Podéis hacerlas con otros tipos de queso.
Os recomendamos la lectura previa de la Crema de roquefort, donde veréis el paso a paso de su elaboración.
Una vez fría, la reservaremos.
Necesitaremos un rodillo para estirar las dos placas de hojaldre.
Ayudaos de un poco de harina para evitar que la hoja se enganche. Estiradlas hasta que tengan el grosor de una caja de cartón aproximadamente. Tenéis que hacer rectángulos de unos 10 cm de longitud en su parte vertical.
A continuación, si la crema de roquefort estaba en la nevera, trabajadla un poco con una cuchara.
Llenad una manga pastelera con la crema...
Y aplicad una tira gruesa de crema sobre la parte superior del hojaldre.
Ahora enrollamos la hoja. Si hace falta, recortad la parte sobrante.
Cortaremos porciones de unos 4 o 5 cm de largo.
Las colocaremos en una bandeja de horno con papel cuisson de forma equidistante entre ellos. La colocación de las piezas es importante para garantizar una correcta cocción.
Por último, batiremos un huevo...
Y pintaremos cada pieza.
Un poco de queso para gratinar por encima y...
Las hornearemos unos 12-15 minutos a unos 190-200 grados centígrados, hasta que tengan buen color.
Se pueden servir frías, tibias o calientes.
Esperamos que os gusten.
¡Buen provecho!