En realidad, el huevo duro tiene que ser un huevo cocido pero blando, con la yema casi cremosa. La solución pasa para respetar el tiempo de cocción según la medida que tenga, ni más ni menos. De entrada tendremos que tener en cuenta el tiempo de vida que tenga el huevo. Para que se puedan pelar bien, los huevos tienen que tener de 6 a 7 días de vida como mínimo. Los huevos muy frescos, del día, son muy difíciles de pelar y las claras se rompen con mucha facilidad. En su cocción también influye la temperatura inicial del agua y la del propio huevo. En este último caso, siempre es aconsejable sacar los huevos de la nevera una hora antes de la cocción.
Por lo tanto, hay que introducirlos en agua fría y una vez que empiece la ebullición, los coceremos entre 7 y 10 minutos, según la medida que tengan. Las medidas pueden ser S (menos de 53 gramos), M (53 - 63 gramos), L (63 - 73 gramos) o XL (más de 73 gramos). Pensad que el 60% de un huevo es clara, el 30% yema y el resto cáscara. Si os pasáis de cocción el huevo quedará todavía más duro y se os hará una banda exterior de color verdosa en torno a la yema. Esta banda no es mala pero queda fea y nada agradable a la vista, porque parece restarle frescor al producto. Un huevo duro bien cocido tiene que tener la yema de color amarillo pálido y la clara y la yema tienen que quedar totalmente cuajados. Vemos el paso a paso en fotos.
Huevos
Sal
Agua
Colocamos los huevos dentro de una olla llena de agua fría con una buena pizca de sal. La sal evitará que los huevos se resquebrajen y ayudará a que se pelen mejor ya que provoca la coagulación de las proteínas de la cáscara y hace que la clara se separe mejor de la membrana. En realidad, el huevos que sus más antiguos se pelan mejor debido a que su alto Ph también endurece la membrana. Vigilad de no romperlos y acompañadlos hasta que toquen el fondo de la cazuela.
Dejad cocer los huevos unos 9 minutos, ya que son de tamaño L.
Pasado este tiempo, los podemos retirar del fuego y enfriarlos directamente debajo del grifo con agua fría. De esta manera pararemos en seco la cocción.
Una vez fríos, ya los podemos pelar con cuidado de no estropearlos.
O los podéis servir en una huevera bien bonita... como esta.
Ya nos los podemos comer...
... o utilizar como ingrediente otras elaboraciones.
Como siempre, procuraremos consumir el huevo durante las siguientes 24 horas y no conservarlo mucho más tiempo. ¡Buen provecho!
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