Una nueva y sencilla receta, de las más básicas. Vendría a ser como nuestra versión de los "Eggs with bacon" americanos o británicos. En casa, ya hace años, era el desayuno de los domingos de mi padre y mi tío... siempre que se encontraban para hacer alguna 'chapuza' por casa.
A mí, particularmente, el jamón serrano hecho a la plancha me encanta, incluso más que en crudo. No pasa lo mismo si el jamón es de bellota, obviamente. Por este motivo, el bocadillo "serranito" es uno de mis favoritos. Por cierto, últimamente estoy publicando recetas muy sencillas, ciertamente. Pero ya sabéis que la cocina catalana tiene muchas recetas como esta que merecen el mismo respeto que otras más complejas de elaborar o con más cantidad de ingredientes. Esta entrada la dedico en especial a mi padre (e.p.d.) y a mi tío Jaume.
1 rebanada gruesa de jamón serrano
2 huevos frescos
aceite de oliva
sal
Preparamos los ingredientes. Hoy bien fácil.
El jamón serrano lo tenéis que pedir que os lo corten grueso, casi como un trozo de lomo. Os recomiendo aprovechar aquellos cortes de jamón que son más crudos... ya que son más adecuados para cocinarlos.
Preparamos una sartén con un buen chorro de aceite bien caliente.
Rompemos dos huevos y los hacemos al mismo tiempo.
Podéis tirar un poco de aceite sobre la yema, pero poco... no conviene hacerlo demasiado.
Emplatamos y salamos los huevos y retiramos el exceso de aceite. En la misma sartén doramos el jamón.
El salteado del jamón es muy escandaloso y genera mucho humo en la cocina. Lo tenéis que hacer hasta que quede ligeramente tostadito, que se consigue muy rápidamente, en pocos segundos cambiará de color.
Y lo servimos como guarnición de los huevos, a trozos grandes.
Bien calentito... y a mojar pan, chicos.
Un buen desayuno del domingo...
... y acompañado del porrón de vino, claro.
Sencillo, básico pero fantástico plato.
Mojad pan... ¿eh?
... y al mismo tiempo, coged un trocito de jamoncito. ¡Buen Provecho!