¡Qué ganas tenía publicar esta receta! Si, si, se considera receta. Pero en esta publicación me gustaría darle otro carácter: es un reconocimiento a un plato que ha estado, está y seguirá para siempre presente en todos nuestros hogares. Con independencia de la época vivida, de las condiciones sociales y económicas y de la evolución gastronómica. Un plato que se perpetra a sí mismo nuestra historia (y en la del mundo entero) porque cuenta con nuestro deseo de disfrutarlo eternamente. Los huevos: un producto que la madre tierra nos ha ofrecido a todos y a todas, así, gratuitamente.
¿Cuántas cosas se podrían decir de los huevos fritos, verdad? ¿Conocéis a alguna persona en la que no le guste el huevo frito?... bien pocas, seguro. ¡Y no saben lo que se pierden! Pocos alimentos hay tan cumplidos, tan sencillos de cocinar y que tan feliz nos hacen como el huevo frito.
2 huevos frescos (ecológicos)
aceite de oliva virgen extra
pan cocido con leña para mojar
sal
Variantes:
Los podéis acompañar de patatas fritas, bacón o jamón frito
Preparad los ingredientes. Os recomiendo huevos ecológicos.
Es igual de importante que el huevo escoger un buen pan cocido con leña.
Poned un chorro de aceite de oliva en una sartén.
Dejad que se caliente un poco el aceite y romped el huevo.
La cocción, como os comento en la introducción, a vuestro gusto. Podéis rociar con aceite caliente la yema del huevo.
Y os quedará la capa superior de la yema cocida también.
De lo contrario, hay quien no le gusta y prefiere dejar la yema sin cocer la capa superior.
También, hay los que nos gusta dejar tostar la clara por los lados.
Y una vez hecho el huevo frito, lo saláis.
Y ahora si, a disfrutar.
A mojar pan. Aunque también hay a los que no les gusta mojar pan y se lo comen entero.
¡Un manjar de Dios!
¿Podría poner un millón de fotos mojando pan en un huevo frito que no nos cansaríamos, verdad?
Personalmente, y cuando tengo la oportunidad, me gusta cortar unas rebanadas de jamón y freírlas.
La combinación salada es extraordinaria. ¡Buen provecho!