En esta receta el huevo se cuece en el mismo plato que se sirve en la mesa. Mejor si es una cazoleta de barro. Se tiene que moderar su consumo, ya que acostumbra a ser un plato grasiento y con colesterol, pero eso no quita que sea un plato de aquellos que siempre se come muy a gusto... a pesar de aquel sentimiento de culpa que te hace sentir ligeramente incómodo mientras lo disfrutas.
Claro, tenéis que mojar pan en abundancia. Por un día... no tengáis miramientos. Y es que en una dieta equilibrada... todo tiene cabida. Espero que os guste.
4 huevos
sal
aceite
mantequilla
Variantes:
Se pueden añadir: salchichas fritas, butifarra blanca a trozos, jamón a trozos, tomate frito, chorizo en rebanadas, sobrasada deshecha, queso, tocino ahumado frito o todo tipo de verduras hervidas. Estos productos se añaden al plato de los huevos antes de ponerlos al horno.
Al sacar los huevos del horno, se puede poner un poco de mantequilla por encima de las yemas.
Podéis poner pimienta negra
Os recomiendo utilizar una cazoleta individual de barro para elaborar este plato.
Preparamos todos los ingredientes.
Podéis escoger el chorizo que más os guste.
O rebanadas de sobrasada. Haré una cazoleta de cada.
Cortamos un poco de mantequilla...
... y la deshacemos a fuego suave.
A continuación, poned los huevos un momento en la plancha para que empiece a cuajar la clara ...
... pero enseguida los sacáis y los acabáis de cocer al horno. Los huevos, prácticamente, se tienen que cocer con el calor residual de la cazuela. Podéis incorporar otros ingredientes por encima, como esta sobrasada...
... o estas rebanadas de chorizo.
Salpimentadlo todo y ponedlo al horno en modo grill a unos 220 grados.
Procurad que las yemas queden tiernas y la clara, cuajada. Vigilad que la yema se cuaja con mucha facilidad. Si os queréis asegurar, podéis hacer todo el plato con sólo las claras y en el último momento añadid las yemas. Es un pequeño truco.
Y ya los podéis servir bien calientes.
¡Buen provecho!