Antiguamente tenías que ir a la montaña a coger espárragos verdes (o "de marge"). Ahora ya no hace falta. Podemos encontrar todo el año y en cualquier mercado o supermercado espárragos de calidad, aunque los salvajes que encuentras en la montaña todavía tienen aquella "cosa" que los hace tan especiales, ¿verdad? y lo divertido que es cogerlos!.
1 manojo de espárragos verdes silvestres
8 huevos
aceite de oliva
pimienta negra
sal
Preparamos los ingredientes.
Limpiamos bien los espárragos bajo el grifo.
Los partiremos a trozos. La parte baja más blanca la descartaremos.
Las puntas son especialmente buenas y de textura más fina. A mí es lo que más me gusta.
En una sartén bien caliente con un chorro de aceite de oliva saltearemos los espárragos.
Añadiremos un pellizco de sal y, si queremos, un poco de pimienta negra.
Dejadlos que cojan color. Removedlos de vez en cuando.
Mientras se hacen los espárragos romperemos los huevos en un plato hondo y los salaremos.
Batimos los huevos un poco.
Cuando los espárragos tengan este bonito color dorado, bajad el fuego...
... y añadid los huevos que hemos batido ligeramente.
Vais removiendo constantemente, hasta que los huevos estén casi cuajados.
Pero no dejéis que se cuajen del todo...
... los huevos tienen que quedar un poco jugosos.
Y ya los podemos servir bien calientes. Si queréis se pueden acompañar de rebanadas de pan frito o tostados.
Una buena cena, ¿verdad?
¡Buen provecho!