Hoy veremos como, con poco trabajo, podemos montar un plato realmente magnífico... de aquellos que en un buen restaurante te clavan 30 euros (siempre estoy igual, ¿verdad?... pero es que las cosas no tendrían que ser tan caras). Utilizaré una crema de espárragos como base para servir un lenguado a la plancha acompañado de unas cigalas diminutas que he encontrado hoy en el mercado.
Sí, sí, son diminutas... y por eso le he preguntado al pescadero si era legal pescarlas tan pequeñas... y me ha dicho que sí... de hecho me ha enseñado la etiqueta del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que autoriza la venta de este producto. Parece ser que hay una superpoblación ahora mismo... o eso dicen. Están muy buenas tan pequeñitas, claro, pero a mí me da rabia que no las dejen crecer. Afortunadamente, no se acostumbran a vender. En fin. Vamos al plato.
2 lenguados preparados para la plancha (sin piel)
un puñado de cigalas pequeñas
crema de espárragos
aceite de oliva
sal normal
sal maldon
Preparamos los ingredientes, como siempre. Limpiamos bien el pescado.
Estas cigalas son un crimen... lo reconozco, pero qué vamos a hacer... "por un perro que maté...".
Ponemos las cigalas en una sartén con un chorro de aceite y las vigilamos hasta que estén doradas.
Las reservaremos en un plato para montar el plato al final.
Ahora cogemos los dos lenguados.
Cuando deje de sonar la mantequilla... es cuando se tiene que añadir el pescado.
Los colocamos encima de la mantequilla y los dejamos hacer a fuego muy fuerte unos minutos.
Cuando queden tostaditos a vuestro gusto (sin secar demasiado el pescado) ya los podéis sacar.
Haremos una base de crema de espárragos, que es muy buena y le va de maravilla. Os recomiendo la lectura de esta receta... que se hace en un momento.
Encima de la crema ponemos el lenguado y decoramos con las cigalas.
Un poco de sal maldon... no pueden faltar.
... y un chorro de aceite de oliva, claro.
Ya lo tenemos.
Un vinito fresquito... magnífico, chicos.
Un trozo de la carne del pescado con un poco de esta crema... ¡Es un manjar!
Yo por qué he querido presentar el pescado entero, pero en un restaurante te servirían los filetes ya limpios de espinas... pero es que a mí me gusta lamer las espinas tostaditas que el lenguado tiene a los lados... ¿Y también tiene su gracia tener que limpiarlo, no? ¡Buen Provecho!