Este postre es de aquellos que hace "domingo", ¿verdad?... es como el roscón de nata. Es un postre muy catalán también, aunque es originario de Francia. Nadie le hará nunca uno feo a una lionesa... y ¿sabéis por qué? Por su tamaño. Es ideal.
Acompañadlas de un buen cava y disfrutadlas charlando con amigos... durante una sobremesa. Son superfáciles de hacer. Sólo tenéis que tener la precaución de hacerlas el día antes, junto con la trufa para montar. Os lo explico más abajo. Ahora veremos como hacerlas.
Pasta "choux" (receta de 250gr. de harina. que os saldrán unas 50)
400gr. nata para montar + 60gr. azúcar
400 gr. trufa clara para montar + 60gr. azúcar
50gr. cobertura de chocolate (para bañar las lionesas de trufa)
cacao en polvo para decorar
azúcar glacé para decorar
De la misma manera, el día anterior tendréis que haber preparado la trufa clara para montar.
Y ahora si, ya estaremos en disposición de hacer (o acabar de hacer) nuestras lionesas.
Pondremos un poco de cobertura de chocolate a calentar, al baño María.
Hasta que no quede ningún grumo.
Ya podemos apagar el fuego, pero conservar el baño María... así nos aguantará y no se cuajará.
Las bañamos, pero sólo la parte superior.
Las iremos colocando en una bandeja.
Cuando las tengamos todas, las pondremos en el congelador un rato, para solidificar el chocolate y poder cortarlas.
Mientras, podemos ir montando la trufa.
... y empezar a remover con una varilla...
... si tenéis batidora eléctrica, mucho mejor.
Cuando tenga la textura de la nata montada... y se aguante en el dedo... ya podemos parar. ¡No hace falta que hagamos mantequilla!
Utilizaremos una manguera con una "boquilla" estrellada grande.
La llenamos.
Y ahora ya podemos sacar las lionesas del congelador, que las podremos cortar sin problemas. Yo utilizo un cuchillo de sierra, pero vais con mucho cuidado que os podéis cortar muy fácilmente de esta manera.
Escudillad las lionesas...
... su conjunto tiene que quedar como una bola. Una vez hechas, al congelador de nuevo.
Ahora, iremos a por las de nata. Cortaremos las otras lionesas que no llevan chocolate.
Añadimos el azúcar y con una varilla montamos la nata.
Igual que antes, hasta que esté bien montada.
Llenamos otra manga.
Y las llenáis, poco a poco y buena letra.
¿Un truco?... utilizad una mano para apretar la manguera y la otra para aguantar la lionesa con la tapa levantada. No sé si me explico. Guardadlas en el congelador.
Si os gusta la nata congelada (como a mí) las podéis sacar para el postre directamente del congelador. Si no, las tendréis que sacar 15 minutos antes de comerlas. Como podéis ver, me he olvidado de poner el azúcar glacé por encima de las lionesas de nata. No pasa nada, pero no quedan tan bonitas.
He echado un poco de cacao en polvo al plato, a modo decorativo... y he añadido unas hojas de menta, que siempre hacen gracia.
Cuando las sirves así en la mesa... todo el mundo dice un "OHHHHHHHHHHH!!!! muy grande... ¡juas,juas!
Y lo bueno que tienen es que las puedes guardar congeladas durante mucho tiempo...
... e ir sacandi cuando tienes invitados. Claro, tienes que tener un buen congelador. Yo ya hace tiempo que opté por tener una nevera sin congelador... y tenerlo aparte. Va mucho mejor.
Servidlas con un buen cava bien fresco.
Y nada más para hoy. ¡Buen Provecho!