¡Espectacular plato de mar y montaña! De aquellos catalanes que hacen domingo. Por lo tanto, un plato candidato de coronar la mesa en cualquier celebración con amigos o familia. Como siempre, te recomendamos que aproveches la temporada de setas al máximo. La lubina es una carne fina, suave, que contrasta con la potencia del níscalo ¡Te encantará!
- 2 lubinas frescas (1 por cada 2 personas)
- 500 g de níscalos frescos
- 2 pimientos verdes en tiras
- 1 copa de vino blanco
- 3 patatas en rodajas
- 1 cabeza de ajos
- Perejil fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de pimentón
- Pimienta negra
- Una hoja de apio
- Sal y sal en escamas
Variantes:
- Se puede hacer el mismo plato con dorada o rape
Cuando compres las lubinas, pide en pescadería que te las limpien de escamas y las marquen para hacer al horno.
Con las setas, ya se sabe, paciencia e ir limpiándolos con un trapo húmedo, descartando los que tengan "habitantes".
Prepara también la verdura, que no falte nada.
Pela las patatas y córtalas en rebanadas no muy gruesas.
Pon un chorrito de aceite en una bandeja de horno y coloca las patatas. Sal y pimienta y otro chorrito de aceite de oliva, un poco de ajo y perejil por encima y listo.
Corta los pimientos a trozos y pica un poco de hoja de apio. Échalo todo por encima, con un punto de sal.
Finalmente, coloca las setas encima, con un poco de aceite y sal también.
La copa de vino blanco y al horno. Lo tienes que hacer a unos 180-190 grados durante unos 20-25 minutos.
Pasado este tiempo, retira las setas para evitar que queden demasiado secas. Las patatas habrán absorbido la esencia de los níscalos, que es lo que buscamos.
Prepara las lubinas con un poco de aceite y sal y pimentón por encima, y también unos ajos dentro de los cortes.
Pon las lubinas encima de las patatas y déjalas cocer unos 13-18 minutos, según el tamaño del pescado.
Cuando la lubina esté hecha, vuelve a incorporar las setas para calentarlas.
Servidlo inmediatamente a la mesa.
Te recomendamos sacar los filetes de la lubina y entonces emplatar.
La piel sale fácilmente.
Las patatas concentran los aromas del pescado y de las setas al mismo tiempo. Por lo tanto, tienen casi la misma importancia que el resto de ingredientes principales en este plato.
¿Entra por la vista, verdad?
Sobre una base de patatas, ya se puede servir el pescado acompañado de unas cuantas setas. Solo faltará un poco de sal en escamas para hacer de este plato todo un manjar. ¡Buen provecho!