¡Hola, gourmeters! Hoy os traigo una receta básica, pero muy necesaria, y si tienes hijos me entenderás muy bien. Te suena aquello de: "no me gustan los trozos de tomate", "si lleva cebolla, yo no como", "a mí no me gusta el queso" o "¿pimiento? ¡Argh! Qué asco", son reacciones que nuestros queridos hijos, a veces, nos escupen sin ningún miramiento ni consideración para unos padres que pasamos mucho tiempo en la cocina esforzándonos por ellos.
Pues bien, esta receta no funcionará a todo el mundo al 100%, es evidente, pero es de las que mejor me han funcionado cuando tengo que cocinar para niños. Claro, recetas de macarrones encontrarás tantas como familias. Incluso, más de una por familia. Esta de hoy, básicamente, se reduce a cocer una buena carne mixta (ternera y cerdo), añadir jamón y chorizo, tomate y alguna cosita más que ellos no notarán. ¿Vamos a ello?
500 g macarrones
400 g de tomate frito
400 g de carne picada (70% ternera + 30% cerdo)
dados de chorizo y jamón salado
1 hoja de laurel
2 ajos
aceite de oliva virgen extra
pimienta negra
sal
Variantes:
- Puedes acompañarlos con queso y que cada uno se sirva
Ya que la receta es muy básica y con un número de ingredientes reducido, procurad utilizar carne de calidad. Una buena carne picada mixta funciona muy bien.
En una sartén con un buen chorro de aceite y un par de ajos para aromatizarlo, poned la carne.
Salpimentad la carne. Retirad los ajos.
Aprovechad para preparar unos dados de chorizo y jamón, también de buena calidad.
Esperad hasta que la carne empiece a dorarse un poco. Entonces haced un espacio en medio.
Y añadid los dados de embutido.
Dejad que se hagan un poco, que el chorizo y el jamón cambien de color.
En este punto, ya podéis añadir el tomate frito, sin trozos. Lo removéis y lo dejáis hacer junto 2 o 3 minutos más.
En paralelo, podéis cocer la pasta con un poco de laurel, sal y (si queréis) una pastilla de caldo.
Una vez escurrida la pasta, añadidle la carne que habéis preparado.
Un par de vueltas más y ya lo podéis servir.
Podéis hacer bandejas para 2-4 personas y congelar una parte. Así tendréis una comida entre semana resuelta.
Lo calentáis (y lo gratináis si os gusta) y lo servís con queso. ¡Buen provecho!