La manita (o pie) de cerdo es un producto curioso: o te gusta o no te gusta. Pasa lo mismo con los caracoles. Tienen una textura gelatinosa que hace que siempre acabemos con los dedos pegajosos. Pero ciertamente es un producto muy bueno y tradicional que se puede cocinar de mil maneras. A mí no me habían gustado nunca, hasta que mi madre hizo esta receta. Cosas que tiene la vida, ¿verdad?... Y la edad, supongo. Yo os recomiendo comprarlos crudos y hervirlos en casa, aunque también los podéis encontrar ya hervidos.
Es un plato exquisito y esta receta, no sé por qué, cuesta mucho encontrar en los restaurantes. Siempre te ofrecen manitas a la brasa o guisos con salsa de tomate pero no al horno de esta manera. Yo considero que esta es una de las mejores maneras de comerlos, aunque a la brasa también son bastante buenos. La manita de cerdo no es un alimento rico en grasas como muchos podéis pensar, por ser cerdo. De hecho, no dejan de ser las extremidades inferiores de un animal que están siempre en continuo ejercicio y, por lo tanto, es normal que no haya grasas.
Son muy ricos en colágeno, sustancia que se encuentra en el tejido conjuntivo, una gelatina que recubre todos los huesos que conforman el pie. Así que aquellos que estéis preocupados por el colesterol, tranquilos, lo podéis consumir sin miedo y con mucha alegría. Las propiedades del colágeno resultan especialmente beneficiosas, ya que aportan flexibilidad a nuestros tejidos.
4 manitas de cerdo crudas (o 8 mitades)
4 dientes de ajo
perejil fresco
2 hojas de laurel
1 vaso de vino blanco
harina
pan rallado
aceite de oliva
sal
Para el sofrito:
1 cebolla
3 cebollas tiernas
4 o 5 tomates maduros
1/2 pimiento rojo
pimentón dulce
Variantes:
- Podéis poner una picada de almendras en el sofrito
- Podéis poner una pizca del caldo de hervir los pies en el sofrito
- Los podéis hacer con samfaina o con salsa de tomate
- Se pueden acompañar con alioli
Los pies los dejaremos bien limpios.
Los podéis comprar enteros o partidos por la mitad.
Pondremos abundante agua a hervir con unas hojas de laurel.
Ponemos las manitas o pies de cerdo...
... un poco de perejil, un poco de sal...
... y lo dejaremos hervir un par de horas.
Tapad la olla.
Pasadas las dos horas comprobamos si la carne está bien cocida.
Si es así, las reservamos para enfriarlas fuera del caldo. Si queréis, podéis guardar una pizca de este caldo para añadirlo al sofrito.
Las manitas se pueden deshuesar al 100% si queréis, pero entonces perderán su forma.
A mí me gusta sacar el hueso más grande del medio de la manita y basta. Además, qué sería de unas buenas manitas de cerdo si no podemos limpiar los huesos, ¿eh?
Muy bien.
A continuación haremos el sofrito.
Rayamos los tomates.
Trinchamos toda la verdura.
En una sartén ponemos la cebolla a sofreír con un poco de aceite.
Mientras tanto, para aprovechar el tiempo, iremos picando ajo y perejil.
No me gusta demasiado (hacerlo con esto), sinceramente, pero si tengo unos cuantos ajos para picar, va bien.
Ponemos un diente de ajo dentro...
... hacemos presión, con fuerza...
... y por los agujeritos sale el ajo picado. Bien, más bien sale exprimido.
Picamos también un poco de perejil fresco. Lo reservamos todo junto.
Cuando la cebolla coja colorcito marrón...
... incorporaremos el pimiento rojo...
... y lo dejaremos cocer unos minutos. Mezcladlo todo.
Ahora, dejamos que hierva unos minutitos... que caramelice un poco el tomate.
Es el momento de incorporar el vino. Yo utilizo un vino blanco para cocinar.
Aproximadamente media copa.
Lo dejamos reducir unos 5-8 minutos, para hacer evaporar el alcohol, y esperamos que el sofrito empiece a desengancharse de la sartén, que casi no quede líquido.
A continuación, y habiendo probado el punto de sal, lo pasaremos a un tarro para triturar.
No es imprescindible este paso, pero le dará una presentación más bonita.
Reservamos esta salsita de sofrito.
Ahora toca freír las manitas de cerdo enharinadas.
Que queden bien blancas por todas partes.
Y las ponéis a freír en una sartén con un buen chorro de aceite.
¡ATENCIÓN! ¡PELIGRO DE QUEMADURAS! Id con mucho cuidado. Las manitas de cerdo estallan y salpican con aceite muy caliente.
Por lo tanto, os aconsejo mucho que tapéis la sartén.
Cuando empiecen a estallar con ganas significará que los tenéis que girar. Apartad la sartén del fuego y esperad unos instantes... que baje el calor para evitar una nueva salpicadura. Dad la vuelta a las manitas y las volvéis a poner al fuego con la tapa.
Cuando vuelvan a estallar... repetid el mismo proceso y retiradlas del fuego sin sacar la tapa. Reservadlas.
Venga, que ya queda poco. Ahora pondremos un poco de aceite en una bandeja de horno para evitar que se enganchen los pies durante la cocción.
Colocamos los pies en la bandeja.
Les aplicamos una capa de salsa de sofrito por encima.
Y ahora el ajo y perejil picado también por encima.
Fantástico.
Para acabar, tiraremos un poco de pan rallado por encima de los pies... hasta que quede una capa fina de pan.
Un chorro de aceite de oliva por encima...
... y lo ponemos a gratinar a unos 190 grados... durante unos 15 minutos aproximadamente.
Hasta que la capa de pan quede crujiente.
Ya los tenemos hechos.
Emplatamos.
¿Verdad que tienen buena pinta?... es una muy buena manera de comerlos.
¿Losprobamos?... ummmm. Me falta una copita de vino tinto con carácter...
¡Buen provecho!