Uno de los postres más tradicionales y antiguos de Catalunya, que se elaboraba ya en el siglo XIV. Se elabora principalmente con almendra, azúcar, almidón de maíz o de arroz, piel de limón y canela.
Se puede servir con miel o nata y también, con más cantidad de almidón, totalmente cuajado. También hay quien quema con azúcar el manjar blanco como si de una crema catalana se tratara.
En cualquiera de los casos, al momento de servirlo en la mesa hay que poner canela en polvo por encima. ¡Probadlo y hablamos! ¡Y recordad que cocinar recetas tradicionales es hacer cultura!
1 l de agua
300 g de almendras crudas
150 g de azúcar
100 g de almidón
1 rama de canela
1 piel de limón
un poco de sal
canela en polvo
Variantes:
Se puede hacer con leche de almendras ya preparada
Se pueden añadir unas cuantas almendras amargas
Se pueden dejar las almendras dentro del líquido sin colarlo
Se puede sustituir el almidón por harina de arroz, o utilizar Maizena
Se puede quemar con azúcar
Se puede servir con nata o miel
Preparad todos los ingredientes.
La almendra tiene que ser de buena calidad, tipo Marcona.
Echad el agua y trituradlo con una batidora eléctrica.
Muy bien. Ahora dejad reposar esta mezcla en la nevera entre una y dos horas. Incluso una noche. De esta manera la leche cogerá todo el sabor de la almendra. Hay quien hace este postre directamente con leche de almendras (a la venta en grandes superficies).
Ahora, pasad esta mezclar por un colador.
Ayudaos de una cuchara.
Ya está.
Ahora necesitaréis la peladura de un limón.
Ponedla dentro de la leche.
También una rama de canela.
Y el azúcar.
Removedlo bien y encendéis el fuego.
¡Ah! y una puntita de sal.
Aparte, tenéis que disolver el almidón en un poco de agua, que no queden grumos.
Cuando arranque el hervor echad el almidón.
Y ahora no dejeis de remover hasta que cuaje. Si hacéis poca cantidad este proceso será casi inmediato.
Seguidamente, ya podéis repartir el manjar blanco en cazoletas.
Tapadlo con un poco de papel film para evitar que haga piel y lo dejais enfriar completamente antes de guardarlo a la nevera. Se tiene que servir frío, por lo tanto os recomiendo hacer el manjar blanco el día antes de servirlo.
En el momento de servir, tirad canela en polvo por encima, al gusto.
Y a disfrutar.
Lo probamos, ¿no?
La textura es cremosa.
¡Está bien bueno! Sólo nos falta una copita de cava.
Si ponéis un 20-30% más de almidón, el manjar blanco os cuajará completamente.
Eso os permitirá moldearlo.
Y servirlo en estado sólido.
Canela por encima, unas almendras y listos.
¡Buen provecho!