Nueva receta de postres tradicional. ¿Quién le haría uno feo a uno manzanas al horno?... tsch... nadie. Muchos dicen que es el postre ideal del tragón perezoso... y es que pocas recetas requieren de tan poca preparación con un resultado tan extraordinario. Un poco de azúcar, de limón, canela y vino dulce... y ale, al horno.
Una vez hechas se pueden servir calientes, tibias o frías y las podéis pelar y acompañar de una buena salsa inglesa o de un coulis de fresa por ejemplo. Pero normalmente se sirven solas, con piel y todo. Como veréis, yo he utilizado un edulcorante para rebajar calorías, pero lo podéis sustituir por la misma cantidad de azúcar.
4 manzanas
100gr azúcar o edulcorante
1 rama de canela o en polvo
1 vaso de moscatel o Malvasía
1 peladura de limón
agua
Variantes:
Se puede empolvar la manzana por encima con un poco de canela en polvo además de azúcar
En vez de moscatel se puede poner vino rancio
Se puede poner un poco de agua en la bandeja
Una vez cocidas, se poder rellenar de Crema de San José
Yo recomiendo utilizar la manzana golden... pero que ya esté madura... con un color amarillo.
Utilizo un aparato para sacar el corazón...
Si no lo tenéis... lo podéis hacer con un cuchillo... ¡pero id con cuidado!
Este aparato va bastante bien... y sólo se tiene que empujar un poco con el dedo gordo para sacar el corazón.
Las iremos colocando en una bandeja para el horno.
Ahora necesitaremos la piel de un limón.
Introducimos una cucharada grande de edulcorante o azúcar hasta el agujero de la manzana.
Seguidamente, a mí me gusta introducir un trocito de piel de naranja.
Ahora la canela. Se puede poner canela en rama dentro de la bandeja del horno también, pero entonces tendremos que incorporar un poco de agua a la misma bandeja para extraer todo el aroma.
A mí me gusta tirar la canela en polvo directamente dentro de la manzana.
El moscatel. Podéis utilizar mistela, malvasía, vino rancio o cualquier vino de postres.
Lo mismo, tiraremos un poco en el agujerito... pero al mismo tiempo echaremos un buen chorro en la bandeja del horno.
El resto de la piel de limón lo podéis poner dentro de la bandeja.
Ya tienen buena pinta... ¡y todavía no están ni cocidas! ¡juas!
Pues venga, unos 40-45 minutos dentro del horno a unos 170 grados.
Poco a poco veréis que se abre la piel.
Las podéis pinchar para comprobar si están blandas o si falta un poco de cocción.
Si os gusta que se deshagan en la boca... podéis cerrar el horno... y dejarlas dentro un par de horas.
Ya las podemos servir, frías, calientes o tibias.
Y ya está, no tiene más secreto.
Ummm... qué buenas. ¡Buen Provecho!