No se trataría de una receta sin azúcar, pero si baja en azúcar. Pero también podéis poner un poco de sucralosa por encima y entonces sí que serían totalmente sin azúcar. Resumiéndolo... no cuesta demasiado hacer buenos melindros en casa. Intentad hacerlos. Con estos melindros, por ejemplo, podéis hacer un buen tiramisú.
2 yemas de huevo +1 huevo entero
3 claras de huevo
85g de azúcar o edulcorante "Dayelet Bizcochos" (35gr para las claras y 50gr. para las yemas)
80g de harina de trigo +20g de harina de maíz
unas gotas de esencia de limón
azúcar glacé
media cucharadita de café de cremor tártaro (opcional)
Separamos las claras.
Ponemos las claras en un bol para montarlas.
Utilizaré de edulcorante "Dayelet Bizcochos" en vez de azúcar, la misma cantidad, unos 35gr. Y lo ponemos a montar.
Pesamos la harina...
... con la harina de maíz... y las pasamos por un cedazo.
Si tenéis cremor tártaro podéis poner media cucharadita de café. Aparte de gasificante, es un conservante, pero si los melindros no tienen que durar ni dos días... no hace falta que pongáis.
Ahora mezclamos las dos yemas con el huevo entero... hasta obtener una masa esponjosa... donde añadiremos los 50gr de azúcar o edulcorante que nos quedan.
Añadid unas 4 o 5 gotas de esencia de limón, a la venta en herbolarios.
Ya tenemos las claras montadas a punto de nieve.
Ahora incorporamos las yemas con el azúcar a las claras montadas...
...y con una espátula iremos mezclandólo con delicadeza, evitando que se baje.
A continuación incorporamos las harinas...
... y lo removemos de la misma manera. Es preferible no utilizar batidoras ni varillas.
Ahora, preparamos una manga pastelera con una boquilla grande y lisa.
Llenamos la manga.
Previamente habremos cortado unas tiras de papel cuisson... más o menos de unos 20 centímetros de ancho.
Ahora... escudillad tiras anchas... dando forma de melindro. Así es como quedarán.
Echad una capa de azúcar glacé en una bandeja de la longitud del papel.
Cuando tengáis una tira hecha... cogedla por los dos extremos y la colocáis boca abajo por encima del lustre.
No apretéis, evidentemente, o los chafaríais. Se tiene que hacer con mucho de cariño eso.
Si no lo veis claro... siempre podéis tirar una pizca de lustre por encima... con las manos.
Así.
Ahora, con el horno a 190-200 grados... los coceremos durante 6-7 minutos.
Cuidado que se queman con facilidad. Tenéis que dar con el color exacto.
Pues ya los tenemos cocidos.
¿Chulos, no?
Ahora dejadlos enfriar encima de una mesa (de mármol mejor)... sin apilarlos.
Una vez fríos... con mucho cuidado, los podréis despegar del papel.
Ummm... ya los podéis probar.
Aquí podéis ver la diferencia de color con un minuto de diferencia al horno. Están buenos, igualmente, pero 2 minutos ya puede suponer que se quemen y tengan mal sabor.
Una vez totalmente fríos, si los queréis conservar blanditos, los podéis poner dentro de una bolsa de plástico cerrada, y guardad en un lugar fresco y seco. ¡Buen Provecho!