Eiiiiiiiiiiii...cuántas veces habéis comido melocotón con vino y azúcar cuando erais pequeños, ¿eh? En nuestra casa muchas. Era de aquellos postres típicamente de verano...que tanto nos gustaban, como la granada con vino y azúcar también. Aunque nuestra madre hacía algún gesto con en la cabeza como diciendo "no te pases con el vino".
Claro, al fin y al cabo, no dejábamos de ser niños bebiendo vino. La verdad es que no es una receta que se encuentra demasiado en los restaurantes de hoy en día, a no ser que sea alguna masía catalana muy muy tradicional. Una antológica receta que merece todo el respeto por parte de las generaciones pasadas, presentes y futuras.
Tendréis que esperar un mínimo de 24 horas para poder probar este plato, pero yo os recomiendo esperar de 3 a 4 días. Lo tendréis que remover dos veces al día para ir bien. Vamos.
4 melocotones
1/2 litro de vino tinto
100gr. azúcar
Variantes:
Podéis añadir una rama de canela
Podéis calentarlo un rato al fuego
Obviamente, partiremos de un buen producto: Melocotón de Viña.
Por el olor... enseguida se sabe si son de Viña, ¿a que si?
Gastaré este vino... que tenía por casa. Contrariamente a lo que podéis pensar... cuanto más barato y mediocre sea el vino... mejor queda el melocotón... y cuanto mejor e intenso sea el sabor... peor queda el melocotón. Al menos, esta ha sido mi experiencia.
Abrimos el vinito.
Ponemos el azúcar. Yo lo hago a ojo, pero os he puesto una aproximación de 100gr. para 4 melocotones.
Seguidamente incorporamos el vino.
Removedlo todo bien durante un rato, para disolver el azúcar.
Ya huele, ¿eh?
Esta es de aquellas imágenes entrañables... no sé como decirlo. Me recuerda a cuándo era pequeño.
Genial, ya lo tenemos.
Ahora sólo le falta reponer un mínimo de 24 horas, aunque a partir del tercero es cuando está mejor. Removedlo un par de veces cada día.
Pasados tres días... esto ya tiene otra pinta.
El melocotón ha chupado el vino y el azúcar.
Y ya lo podemos servir... bien fresquito... dulce y aromático. Un postre tradicional formidable, que no puede desaparecer nunca.
¡Buen Provecho!