No podía faltar en nuestro recetario esta tradicional receta de temporada que no os podéis perder. De hecho, hacer mermelada (de entrada) tira para atrás, parece como demasiado complicado, y realmente, es de las elaboraciones más fáciles de hacer que hay. Solo os recomiendo utilizar fruta madura. Tampoco hace falta que esté en el punto de estropearse.
Si queréis, podéis pelar las ciruelas, pero como veréis no hace falta ni eso. Una vez hecha la mermelada, la piel pierde su textura y prácticamente no se nota en boca. Además, eso la hace más "artesana".
¡Vamos!
1 kg de ciruelas maduras
750 g de azúcar
el jugo de un limón
Variantes:
- Podéis pelar las ciruelas
- Si no queréis encontrar grumos de fruta en la mermelada, cortadla a trozos más pequeños

Lavad bien la fruta.

Ahora, cortad las ciruelas a trozos y retirad el hueso. Si queréis las podéis pelar.

Mezclad las ciruelas con el azúcar en un cazo.

Esprimid el zumo de un limón.

Y lo incorporáis a la mezcla.

Ahora poned el cazo al fuego, más bien bajo, y lo removéis.

Hay que remover de vez en cuando, pero no constantemente.

Dejad que hierva. Según la cantidad tardará más o menos, pero calculad unos 40-45 minutos para hacer un kilo de ciruelas.

Veréis como poco en poco se va fundiendo la ciruela con el azúcar.

Os pueden quedar trozos de fruta si las habéis cortado a trozos grandes. A mí personalmente, me gusta encontrar trozos de fruta.

Removed un poco y comprobad la textura.

Tirad una gota sobre un plato y mirad si cae rápidamente o más lentamente. Cuando no tenga textura líquida, es decir, más caramelizada, ya la tendréis. Tampoco os paséis u os quedará muy dura.

Ya la podéis retirar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente.

Ya la podéis consumir o hacer lo que han hecho nuestras abuelas toda la vida: llenar botes y cerrarlos al baño María.

¡Y a disfrutar! ¡Es espectacular el sabor!

¡Buen provecho!