Hoy os quiero mostrar cómo preparar la mona en casa. Por lo tanto, he querido publicar esta receta con antelación y así daros tiempo suficiente para tratar de encontrar y comprar los ingredientes necesarios, que son bien sencillos.
No es difícil de hacer, solo hace falta una cierta organización. Pensad que esta mona es de nata y trufa, y la podéis hacer días antes, guardarla al congelador y sacar el día de la mona sin problemas. Eso sí: el día antes de hacerla, tendréis que preparar otras recetas, como el bizcocho, la trufa clara para montar y el almíbar para bañar el pastel. Al día siguiente, con todo, ya podréis montar la mona.
Por lo tanto, paciencia y tiempo, de eso que ahora tenemos tanto, ¿verdad? Por cierto, pensad que no hay ninguna definición concreta sobre como tiene que ser una mona. Cualquier pastel decorado para la ocasión será válido. Esta mona de nata de fresas y trufa clara es una gran opción, más fácil de hacer que de otros y ¡superbuena!
1 bizcocho
500ml de trufa clara para montar
azúcar baño (almíbar)
500ml de nata para montar
120g de azúcar para la nata
120g de azúcar para la trufa clara
300 g de fresas
colorante rojo
Variantes:
Podéis hacerla toda de trufa o toda de fresa y reducir así la complejidad de la elaboración
Si no tenéis fresas, podéis utilizar un poco de mermelada
Como os comento a la introducción, el día antes tenéis que preparar el bizcocho. Una vez hecho y frío, lo podéis conservar en la nevera tapado con un trapo limpio.
También el día antes, preparad la trufa clara para montar.
Una vez fría, guardar dentro de un tupperware en la nevera.
También el día antes, preparad el almíbar, que mezclaréis con un chorro de brandy. No tengáis miedo con los niños, la cantidad no es relevante y le aportará un sabor y aroma importantes al pastel. De hecho, la mayoría de pastelerías así lo hacen con todos los pasteles. Es conocido como "azúcar baño".
Con esta mezcla de almíbar y brandy podremos bañar el bizcocho. Reservadlo en la nevera.
Y ahora si, por fin, al día siguiente de preparar los tres ingredientes anteriores, ya podréis preparar la mona. Siempre es temporada de fresa por Cuaresma, y podéis aprovechar esta excelente fruta incorporándola a la mona. Sobre todo si tienen el punto perfecto de maduración.
Lavadlas bien y cortadlas a trozos. Reserváis algunas enteras para decorar el pastel (unas 15).
Seguidamente, y antes de montar la nata, tendréis que preparar el bizcocho. Cortad la parte superior y haced también un corte horizontal con un cuchillo de sierra. Poco a poco y con cuidado.
Repeled también los laterales. ¿Por qué se hace eso? la nata (y cualquier otro producto) se adhieren mejor y estéticamente gana mucho. Con estas sobras podéis hacer un púdin excelente después.
Un tema importante: para poder manipular con garantías el pastel mientras lo estáis haciendo es conveniente colocarlo sobre un soporte duro (hierro o plástico). Después os resultará más fácil transportarlo también.
Y ahora, la nata para montar (al 33% de grasa mínima) bien fría, la podéis verter para montarla, los 500 ml.
Como la queremos de fresa, le podéis poner un poco de colorante alimentario rojo. Si no tenéis, un poco de mermelada o sencillamente las fresas.
Cuando empiece a montar pero todavía no tenga consistencia, añadid poco a poco el azúcar, entre 100 y 120 gramos, al gusto.
Pasad esta nata montada en un bol.
Ahora, aprovechad el mismo recipiente para montar la trufa. No hace falta que lo limpiéis. Pensad que la trufa es más oscura que la mezcla anterior.
Poned a montar la trufa y a medio montar añadís también el azúcar.
Ahora volved a la nata rosa. Llenad una mangra pastelera con una cantidad de nata de color rosa suficiente para poder decorar el pastel después.
Al resto de nata, le añadís los trozos de fresa.
Como ya tenéis la nata y la trufa montadas no podéis perder el tiempo. Bañad la parte inferior del pastel con la mezcla de azúcar baño (almíbar con brandy). Si no queréis tantas calorías podéis bañar el pastel con leche.
Seguidamente, aplicad el relleno de fresa. Como veréis, yo he hecho mitad y mitad.
Como veis, he utilizado la manga de trufa para aplicar el relleno, ya que resulta más cómodo. La nata con trozos de fresa se os puede obturar en una manguera y liarla un poco.
Alisadlo de manera que las dos capas queden al mismo nivel.
Seguidamente, tapad el pastel con la capa superior de bizcocho. Bañadlo de nuevo con el azúcar baño y aplicad una capa de trufa a la mitad del pastel, incluido el lateral. Procurad que quede decente y utilizad una paletina.
Calculad a ojo la mitad aproximadamente, pero no pasa nada si no es exacto. Lo arreglaremos con la decoración. Recordad que la capa exterior no tiene que ser tan gruesa como el relleno, pero tenéis que evitar que se vea el bizcocho, claro está. Es cuestión de práctica.
Ahora, con la nata rosa que tenéis en la manga, cubrid la otra mitad.
No os preocupéis si no claváis exactamente las divisiones. Por cierto, aprovechad para retirar el soporte inferior y traspasar el pastel a un cartón con blonda. Ya sólo queda la decoración exterior.
Haced unas rosas, unas lágrimas o lo que más os guste.
Lo mismo con el otro mitad de trufa, y aprovechad para disimular las imperfecciones.
En los laterales también. Si os sobra más nata o trufa podéis hacer más rosas en la base inferior del pastel, sobre el cartón y blonda.
Finalmente, limpiad las fresas enteras que habéis reservado y con ellas decorad la parte rosa.
No hay que abusar, ya se trata de una mona y después ponéis todo tipo de añadidos encima.
Perfecto, ya habéis acabado. Ahora directo en el congelador hasta el día de la mona.
El día de la mona por la mañana, pasad el pastel del congelador a la nevera un par de horas antes de servir y decoradlo con lo que toque. ¡Ya veis que en casa prácticamente no se ve ni el pastel!
Cabe decir que utilizamos esta misma mona para mis dos hijos y dos o tres primos más, ¿eh? Por eso va tan cargada.
¡Ah! y que no falten nunca ni las plumas ni los polluelos ni las piezas de chocolate, si no... ¡no es una mona!
Y como no, ya sabéis que me gusta mostraros el interior de los pasteles. Tiene buena pinta , ¿no?... ¡y muy bueno por cierto!
¡Buena Pascua y Buen provecho!