En este recetario encontraréis las monas más clásicas en pastelería, y también las más tradicionales. Hoy, sin embargo, os propongo una mona de trufa cocida (ganaché) rellena de frambuesas, muy similar a lo que conocemos como "Sacher". ¿No os gusta la mermelada de frambuesas? Pues la cambiáis, pero la combinación chocolate-frambuesas es extraordinaria y altamente recomendable. Podéis rellenarla también con la misma trufa cocida, o combinarlo todo como he hecho yo en uno de los ejemplos que veréis.
Por lo tanto, en el caso de hoy, como he tenido que hacer una para mi ahijado y otra para mis hijos, os mostraré dos formas de presentar la misma mona, para daros ideas. Por otra parte, tenéis que tener en cuenta que para hacer esta mona os tenéis que organizar y preparar los ingredientes previamente, ingredientes que también son recetas. Por ejemplo, tenéis que hacer el almíbar para el azúcar baño o bizcocho y como no, la misma trufa cocida.
Yo os recomiendo hacerlo todo el día antes o un par o tres de días antes. De esta manera no se os hará tan dura la jornada de pastelería. Además, las pre-recetas que os comento necesitan reposar. Una vez frías, lo guardáis todo a la nevera. El bizcocho envuelto con un trapo limpio. Una vez lo tenéis todo preparado, el montaje de la mona será el más fácil de todo. Yo os propongo un par de decoraciones con huevos de chocolate, pero que cada uno haga los inventos que más convengan por contentar a los más pequeños de la casa. ¡Dicho esto, mucha paciencia, despacito y buena letra!
¡Vamos!
1 bizcocho
almíbar para el azúcar baño
trufa cocida
1 puede de mermelada de frambuesas
brandy
chocolate blanco
decoración mona (huevos chocolate, gallinas, golosinas, muñecos, plumas, etc)
Variantes:
Podéis cambiar el relleno por otras mermeladas o hacer mitad y mitad
Primero preparad el bizcocho. Si hábeis seguido mis instrucciones, lo tendréis hecho del día anterior.
Hoy os mostraré dos versiones de la misma mona, con un bizcocho redondo y uno rectangular.
Como sabréis por otras elaboraciones, tenéis que repelar el bizcocho. Con eso conseguiréis una mejor adherencia. Pero es opcional. En las pastelerías se hace así. Los recortes sobrantes no se tiran, claro está, podéis hacer un púdin de manzana espectacular.
Le retiráis la parte superior y le hacéis un corte horizontal. Muy bien.
Y ahora lo colocáis sobre una base redonda, que nos permita manipularlo.
Lo mismo en el caso de la mona rectangular.
Igual, la cortáis por la mitad.
Ahora preparad el azúcar baño: 80% de almíbar (preparado el día antes) + 20% brandy (coñac). El brandy le aporta un sabor muy particular a los pasteles. Se pone en muchas pastelerías, y no sufráis por los niños, se muy poca cantidad. Pero podéis bañarlo sólo con almíbar, o incluso, sólo con leche.
Templad también la trufa cocida. Cuidado no se os queme. Lo tenéis que calentar al fuego, pero muy poco a poco. Lo vais retirando del fuego y la removéis de abajo a arriba constantemente. Sobre todo, trabajadla fuera del fuego. Fuego unos instantes para dar calor. Repito, se quema con facilidad, y nada de microondas. Os tiene que quedar una textura similar a la "Nocilla"
Trabajáis también la mermelada, así os costará menos de extender.
Pues bien, ahora tocar bañar la primera capa de la mona. Hacedlo con un pincel.
Ahora toca rellenarla. Utilizad una paletina para extender bien la mermelada.
Procurad que no sobresalga pero que llegue a todas partes.
Y la cubrís con la capa superior de bizcocho.
Más azúcar baño.
Ahora toca hacer el mismo con la otra mona.
Pero en este caso la haré mitad mermelada, mitad trufa, por aquello de los que enseguida gritan "¡A MÍ NO ME GUSTA LA MERMELADA!" Qué rabia dan, ¿eh?
Extended la trufa con la paletina.
La tapáis con la capa superior de bizcocho, la pintáis con azúcar baño de nuevo y la cubrís con trufa.
Lo más importante es que esté la misma cantidad de trufa en todas partes. Si no queda perfecto no os preocupéis, la decoración lo tapará.
Lo mismo con la mona rectangular.
En paralelo, si queréis, podéis poner a fundir un poco de cobertura de chocolate blanco al baño María.
Y calentad un poco más la trufa si hace falta, para hacerla correr todavía más y bañar la mona.
Haced un cornete de papel y lo llenáis con la cobertura blanca.
Ahora, con un cucharón, vais tirando hilos de cobertura por encima de la mona, ya cubierta con la paletina primero.
Seguidamente, haced unas tiras de chocolate blanco.
Y con un cuchillo mismo, dibujad unas tiras en vertical, para provocar este dibujo. Eso sólo lo podéis hacer mientras la trufa y la cobertura sean manipulables. Si se enfrían demasiado no quedará bien. Y ya podéis empezar a decorar (y tapar defectos).
¡Una ya la tenemos!
Con la otra mona, una vez cubierta, le he dibujado unas tiras de trufa, en dos direcciones.
Y encima unas redondas de chocolate blanco hechas con el mismo cornete.
Para aprovechar los cornetes, he hecho unos puntos por coronar la mona, dejando el espacio central libre para colocar figuras.
Y ya está. ¡Eso de la decoración es imaginación y creatividad, por lo tanto, inventad, no tengáis miedo!
Cuatro figuras típicas y ya tenemos mona.
¡En la nevera hasta el momento de servirla! ¿Y sabéis que es lo mejor de todo?... la cara de los niños cuando llega la mona a la mesa. ¿A que sí?... que envidia ser pequeño, ¿eh?
Y por dentro, pues una mitad de mermelada de frambuesas (brutal!).
Y la otra mitad con más trufa. ¡Buen provecho y Buena Pascua!