De postres hechos con fresa hay para parar un carro. Y casi todos son recomendables, ya que la fresa es una fruta muy agradecida y versátil. Hoy veremos como hacer una sencilla mousse de fresa con un estofado de frutos rojos, que engalanaremos con pasta brisa para hacerla más interesante a la vista. He escogido la pasta brisa porque tolera mejor la humedad que el hojaldre y aguantará crujiente más tiempo. La decoración os puede gustar más o menos pero yo la considero un aspecto secundario de la receta. Es en estos momentos que la imaginación, la creatividad y el talento de cada cocinero o cocinera se tiene que reflejar.
Yo no me considero ningún artista en términos creativos, pero también reconozco que hay peores, todo sea dicho. Como pasa con todas las mousses, podéis incorporar nata montada y gelatina (en polvo o en hojas) o incluso un poco de agar-agar para proporcionar firmeza y resistencia a las claras montadas. En este caso, y como se tenían que consumir acto seguido, he optado por no poner nada adicional. En cualquier caso, los de hoy son unos buenos postres. Y es que, a veces, no cuesta mucho hacer sonreir de felicidad a aquellos a los que serviremos, ¿verdad? Sólo hace falta trabajar, trabajar y trabajar, y poner ganas, claro está. Espero que os guste.
200 g de fresas cortadas a trozos
1/2 plátano cortado a trozos
1 yogur natural
3 cucharadas azúcar
2 claras + 3 cucharadas de azúcar
estofado de frutos rojos
concentrado de grosella
Para hacer la decoración
pasta brisa
tiras de cobertura de chocolate negro
hojas de menta
fresas enteras
Variantes:
- Podéis sustituir la pasta brisa por hojaldre o por un barquillo, un carquiñol, etc.
- Si no tenéis concentrado grosella no pongáis
- Se puede añadir un poco de licor
Empezaremos por preparar la decoración de pasta brisa, ya que lo tenemos que cocer y tardará unos 20 minutos.
Llenamos un molde de tartaletas con pasta brisa. De hecho, no hace falta que sean tartaletas, podéis utilizar la forma que más os guste.
Lo ponemos a cocer a 190-200ºC durante unos 15-18 minutos. No os preocupéis si se hinchan, que hoy no las tenemos que rellenar. Aun así, si queréis, las podéis pinchar un poco durante la cocción.
Lavamos y cortamos las fresas a trozos. Procurad escoger las más maduras.
Haremos lo mismo con un plátano bien maduro.
Todo a trozos. No importa la medida ya que acto seguido lo trituraremos. Cortar la fruta sólo sirve para ayudar a la batidora.
Vertemos toda la fruta dentro del tarro de triturar. Añadiremos tres cucharadas de azúcar.
Con un tapón tenemos bastante.
Y lo trituramos con la batidora eléctrica.
Las tartaletas de pasta brisa ya están cocidas. Las reservamos.
Ahora, aparte, montad las claras con el azúcar. Recordad que el azúcar le tenéis que añadir cuando ya estén prácticamente montadas, tal como hacéis con el merengue.
Mientras se montan las claras prepararemos las raciones individuales. Yo utilizaré unos vasos bajos muy adecuados para este tipo de presentaciones, pero podéis escoger copas anchas.
Empezaremos por aplicar una primera capa de estofado de frutos rojos.
Ahora, en un cuenco, mezclad las claras montadas con el 90% de la fruta triturada. Reservaremos un poco para la decoración final.
La mezcla tiene que ser suave, evitando rebajar en exceso las claras.
Pero por otra parte también os tiene que quedar bien integrado.
Preparamos una manga pastelera con un cornete liso y ancho.
Lo llenamos.
A continuación, ya podemos escudillar los vasos.
Llenad el vaso hasta 4/5 partes aproximadamente.
Como os comentaba, podéis utilizar copas más anchas, como las de helado.
Ahora empezamos la decoración.
Colocamos una tartaleta de pasta brisa sobre la mousse.
A continuación tiraremos una cucharada de la fruta triturada con yogur que hemos reservado.
Muy bien.
Ahora, cortaremos una fresa sin partirla del todo...
y la colocaremos en un lateral del vaso.
La hoja de menta que no falte. Aparte de aromatizar el ambiente, da un importante toque refrescante a la vista.
Y ya para acabar, unas tiras de chocolate que tenía hechas de otros postres. Pero podéis improvisar cualquier cosa de chocolate.
La copa la he decorado con una valla de chocolate. Todo eso se hace muy fácilmente con un cornete de papel (ver consejos) y la cobertura de chocolate fundido.
Ya sólo nos queda ponerlas a enfriar en la nevera un par de horas.
Y ya las podéis servir de postres.
¿Tienen buena pinta o no tienen buena pinta?
Estaban muy buenas, ciertamente.
¿Una copita de cava, no?
¡Buen provecho!