Llega el otoño, y con él los platos de esta esperada estación. Salimos de la obligada sencillez y practicidad del verano (con sus calores) para adentrarnos de nuevo en una cocina más elaborada, la cocina del chup-chup, la que hace hogar. Y es que ya empieza a apetecer probar platos de otoño, y el de hoy es un buen ejemplo: un guiso con setas frescas y boniato. ¡No se puede pedir más! Los que conocéis la cocina tradicional y, en especial, este tipo de guisos, ya sabéis que conviene (y mucho) dejar reposar el plato unas horas o incluso un día entero. Es por eso, que os recomiendo hacerlo el día antes de consumirlo. Y como siempre os digo, aprovechad que cocináis y haced más cantidad para poder congelar una parte y consumirla más adelante. Es siempre una buena práctica, en especial en los tiempos que corren, ¿verdad? El tiempo cada vez es más preciado. Pero os puedo asegurar que el tiempo que dedicáis a cocinar será tiempo de calidad, bien aprovechado y que os hará sentir bien. A vosotros y a los que os rodean. ¡Pues a cocinar!
8 muslitos de pollo
300 g de trompetas de la muerte frescas
2 boniatos en dados
1 cebolla a trozos
4 o 5 dientes de ajo
1 vaso de brandy
agua o caldo de ave
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Podéis utilizar otros tipos de setas.
- Podéis hacer el asado con un pollo entero a cuartos, con pato, conejo, etc.
Hoy he querido escoger solo muslitos, pero como os indico en la introducción podéis hacerlo con un pollo entero cortado en trozos.
He encontrado trompeta de la muerte fresca, ya que estamos en temporada. Además del potente sabor, esta seta oscurecerá el jugo y será el principal atractivo del plato.
Poned a marcar los muslitos en una olla con bastante aceite de oliva (o manteca de cerdo si queréis) y unos dientes de ajo para aromatizarlo. Yo lo hago en dos tandas, ya que no caben todos los muslos de una vez.
Mientras tanto, podéis ir pelando y cortando en dados los boniatos.
Salad y pimentad el pollo mientras coge color.
Una vez dorados por ambos lados, vais reservando los muslitos.
Cortad una cebolla grande a trozos y la doráis en el mismo aceite.
A continuación, poned los dados de boniato. Se pueden hacer más grandes, pero no más pequeños o se desharán demasiado. El boniato también ayudará a ligar la salsa.
Verted las setas y le dais un par de vueltas. Un poco de sal.
Ahora, tirad un vaso de brandy.
Añadid el pollo.
Lo removéis, lo saláis un poco y lo dejáis 10 minutos hasta que se evapore el alcohol.
Pasado ese tiempo, tirad agua o caldo hasta casi cubrir el pollo, que falta 1/3 parte por cubrir, no os paséis con el líquido, ya que la cocción no será demasiado larga para unos muslitos comunes. El tiempo puede variar en función del tipo de pollo o de carne.
Si no tenéis caldo, poned agua y una pastilla deshidratada de caldo. No es ningún crimen.
Lo cubrís y lo dejáis cocer a fuego medio-bajo durante 35-40 minutos.
Pasado este tiempo, comprobad si el pollo ya está cocido y rectificad de sal si hace falta. Si ya está, apagad el fuego y dejad enfriar el guiso en la misma olla. Cuando esté frío, lo pasáis a un tupper y lo guardáis a la nevera. Al día siguiente solo lo tendréis que calentar a fuego bajo en una olla y/o congelar otra parte. Vigilad durante la manipulación, pues el boniato puede deshacerse con facilidad, como también pasa con la patata cocida.
¡Buen provecho!