Aunque no lo parezca, esta es una gran publicación, amigos míos. Yo hoy os quiero presentar este manjar de dioses que tantas y tantas veces hemos disfrutado de pequeños.

Ahora, de mayor, es cierto que ya no como tanta sobrasada y no sé exactamente porqué. Supongo que por aquello de las grasas y del colesterol. Y es que no podemos negar que se trata de un producto bastante calórico, aunque, como todo en esta vida, con medida todo puede ser razonablemente consumido. Y es que está muy bueno el Pan con sobrasada, más de lo que recordamos.

En mi caso, el solo hecho de pronunciar las palabras "Pan con sobrasada" ya me provoca una cierta emoción, una sensación agradable y reconfortante. Y es que (ahora que pienso), todavía recuerdo cuándo mi madre pinchaba una rebanada de pan untada con sobrasada con un tenedor y la tostaba directamente al fuego, sobre uno de los fogones de la cocina. Aquel aroma que rápidamente se extendía por toda la casa... todavía lo puedo sentir.

Lo recuerdo con nostalgia, claro está, como todo lo que haces cuando eres pequeño. Y es que hacer "eso" de tostar tenía su técnica. Tenías que poner la tostada en un ángulo concreto respecto del fuego y se tenía que hacer con mucho cuidado, ya que la sobrasada, una vez caliente, se podía desprender fácilmente del pan y caer directamente al fogón, cosa que fastidiaba mucho por razones evidentes. Además, tenías que evitar quemar el pan tostando exclusivamente la sobrasada. No era fácil. Aquello se convertía en un ejercicio técnico pero al mismo tiempo casero, de los que sólo la "mama" o la "yaya" sabían ejecutar con garantías. Y es precisamente aquella tradición familiar es la que quiero constatar con la entrada de hoy. Sencillamente, pan con sobrasada. ¡Qué bueno!

Aparte de esta publicación, muy pronto os mostraré algunas recetas más utilizando este magnífico y autóctono producto que merece toda consideración. Para hacer esta receta de hoy, es importante contar con un gran pan, que esté a la altura del momento. Pero todavía más importante es disponer de una auténtica Sobrasada de Mallorca, de cualquiera de las Islas Baleares, con indicación geográfica protegida I.G.P que nos garantice su calidad. Afortunadamente, hoy en día, la podéis comprar en cualquier charcutería o gran superficie. Podéis añadir miel, queso u otros acompañamientos, pero para mí la mejor elección es la más sencilla. Para acabar, estoy seguro de que muchos de vosotros tenéis vuestras propias historias con la sobrasada... ¡Animaos a explicarlas! ¡Vamos!

Ingredientes

Una rebanada de pan que os guste (campesino, rústico, baguette, gallego, chapata, etc...)

Sobrasada de Mallorca I.G.P

 

Variantes:

También se puede tostar la sobrasada al horno, al microondas o con un soplete

Preparación
1.

Como os comentaba, es importante escoger un buen pan, una rebanada sabrosa.

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La sobrasada, de Mallorca sí o sí.

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Esta es de Menorca, y es de gran calidad.

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Pues venga, no perdáis más el tiempo, cortad unas rebanadas de pan.

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Empezad la sobrasada y disfrutad de los aromas y de la vista.

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Cortad un trozo...

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... y untadlo con fuerza sobre la rebanada de pan.

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Es importante que quede bien repartida la sobrasada o no sabe igual.

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Y ahora yo la tostaré de la forma tradicional: la tostada pinchada con un tenedor por detrás.

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Tsch, ningún misterio.

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Encendéis el fuego (si lo tenéis de gas, claro está).

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Y, con mucho cuidado, tostáis la sobrasada vigilando que no caiga.

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Hasta que quede así de buena.

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¡Ummmmmmmmmmmmmmmmmm!

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Si os cae, la sobrasada, siempre podéis poner el tenedor por la parte inferior de la tostada.

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O todavía mejor, podéis tostarla con un soplete.

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¿Fácil, eh?

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Queda incluso mejor.

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¡Y a disfrutar de la auténtica sobrasada de Mallorca!

20.

¡Buen provecho!