¡Qué puedo decir del pan con tomate! Sí, dicen que "Somos lo que comemos"... yo soy un pan con tomate. El pan con tomate es una auténtica delicia. Eso sí, se tiene que preparar como Dios manda. A ver si, sobre todo los forasteros, aprenden de una vez cómo se prepara y cómo se escribe el "pa amb tomàquet". Y es que se han visto auténticas aberraciones con el pan con tomate... y yo flipo, porque no hay nada más fácil de hacer que un pan con tomate. Yo he llegado a ver puedes de conserva donde dice "Pantumaca"... y, claro está, me pregunto: ¿qué habrá dentro?
Una rebanada de pan de payés hecho con leña (si puede ser)
Un tomate maduro de temporada (o de colgar) que sea jugoso
Aceite de oliva virgen extra
Sal (opcional)
Variantes:
- A mucha gente le gusta untar primero el pan con ajo
- Las rebanadas de pan se pueden tostar antes, o no
- Se puede acompañar con jamón, embutidos, quesos, tortillas, anchoas, etc.
Partimos de un buen pan de payés. Si es de pueblo y cocido con leña, mejor.
Cortamos una rebanada gruesa.
¡Ummm, qué olorcito a buen pan!
Y lo ponemos a tostar. Si es en fuego de leña mejor. De lo contrario, el horno o el tostador también servirán.
Previamente, y si os gusta, podéis untar el pan con un poco de ajo. Y con el pan todavía calentito...
... empezamos a mojar nuestra tostada con un tomate bien maduro. Mojad bien el pan.
Se tiene que apretar con un poco de fuerza. Se tiene que aprovechar todo el contenido del tomate, menos la piel. ¡Mojad más! ¡Con energía!
¡Que mojéis más! ¡Que todavía queda tomate!
Seguidamente, aliñaremos la rebanada de pan con el mejor aceite que tengamos, sin miedo.
Evidentemente, aceite de oliva virgen extra.
Finalmente, y para quién quiera, tiraremos un poco de sal por encima, aunque sin sal también está buena.
Y ya tenemos a punto nuestra rebanada de pan con tomate.
Poca cosa más que decir.
Mordisco al canto. Comedlo enseguida para que no se ablande. ¡Buen provecho!