Según la wikipedia, el pan mojado con vino y azúcar es una de las preparaciones más características y antiguas de la cocina catalana. Algunos consideran que el plato insignia de la cocina catalana es el pan con tomate, pero no el más antiguo, ya que el tomate llegó de América a partir de 1492. Consiste en una rebanada de pan con un chorro de vino tinto y después bien azucarado por encima.
Una tontería de receta, como el pan con aceite y azúcar o el pan con chocolate. Tengo que decir que esta nunca ha sido mi merienda. Entiendo que por el alcohol claro. Supongo que a mis padres no les gustaría que un niño apestara a vino. Ya sabemos que el vino tiene un sabor muy característico, y es imprescindible en miles y miles de guisos de nuestra cocina.
También tenemos la granada o el melocotón con vino y azúcar, que me gusta mucho, y considero es una combinación muy buena. Pero el pan con vino y azúcar, que queréis que os diga... a mi personalmente no me gusta. Respeto mucho a la gente a quien le gusta y lo come con frecuencia, pero opino que la tradición no está exenta de evolución. Por eso, y por tratarse de una receta que conforma nuestra cultura gastronómica, he querido dedicarle esta entrada.
una rebanada de pan de payés (hecho con leña mejor)
un buen chorro de vino tinto
azúcar en abundancia
Variantes:
- Se puede hacer tostando previamente el pan
Este pan está hecho con leña.
Una vez seleccionado el vino tinto (y a temperatura ambiente) mojaremos bien nuestra rebanada de pan... hasta que quede completamente impregnada de vino.
La colocamos en un plato adecuado...
... y tiramos una buena cantidad de azúcar por encima...
... repartidlo bien...
... que quede una capa bien generosa de azúcar...
Esperad unos minutitos antes de consumirlo... así se se asentarán los sabores.
Y para dentro... ¿tonto, eh?... buf, soy incapaz de acabarme este trocito. ¡Buen Provecho!